Los anónimos
Por: Pedro Domínguez Herrera |
Los anónimos
lo son y los hay de varios tipos, morales, amorales, delictivos, de denuncias y
yendo al extenso de la palabra, incluso los robos y asesinatos son anónimos.
Por lo tanto, se ve que esta palabra es muy importante en el léxico, de ella se
derivan muchas ramas.
Hay un anónimo
hermoso, bucólico, que es la misiva de amor, es la pura manifestación de la
persona que sabe que su amor es imposible, o por gran pudor, ama en solitario y
en un acto cobarde, da cuenta de su amor…
Esta entradilla,
justifica que me vaya a centrar en una clase de anónimos, que se usa mucho hoy
día en páginas como esta, que al ser de colectivos reducidos, parece que se
conocen unos a otros y se dan “cuero”, a diestro y siniestro, pero a veces se
equivocan y suele pasar como en un baile de máscaras, que crees bailar con la
vecina, bella ella y estas bailando con el vecino, feo, peludo y rechoncho, de
dudosa sexualidad. Todo esto viene a cuento para decir que los anónimos son
ilegales desde su pronunciamiento y las querellas por anónimos son nulas en
derecho, siempre que en el conjunto de ellos no se manifieste identidad alguna.
Dicho lo dicho, no se puede pedir responsabilidades a los editores de estas
paginas, que desde su teléfono, o ensoñados a media noche, dan curso a estas
desavenencias de barrio, que suelen ser lúdicas y hasta jocosas.
Una persona
formada, cuando se pronuncia anónimamente, suele ser para bien, para manifestar
un elogio y mantenerse al margen. Si es para recriminar, o afear lo hace con
corrección y si va a argumentar opinión agresiva suele poner su nombre, pues es
de cobarde y de persona mala la que se vale del anonimato para hacer daño.
Fijémonos en
los anónimos, comentarios que han surgido por el pregón extemporáneo. El
primero parece que lo leyó pero a medias pues se dedicó a envenenar el hecho
religioso que se le supone a todo pregón. Escudado en el anónimo, exagera al
decir, que Tamaraceite su pueblo al que debiera amar y proteger, no hay
creyentes.
Todos a una
atacan al primero y el texto que suscitó los comentarios, ni se nombra, cosa
que produce tristeza.
En definitiva
que haya anónimos, pero que al menos tengan algo de ética y buen gusto; que hay
unos trescientos lectores que sufren estas ligerezas.
Comentarios
Como bien manifiestas en tu texto hay personas que “ se esconden” para decir cosas negativa y esto es una manera injusta de juzgar.
Ciertamente internet permite el anonimato, amparándose en la libertad que tenemos de no mostrar nuestra propia identidad…pero la permisividad con respecto al anonimato, obviamente, no implica que todo esté permitido. El uso de comentarios queda controlado en la dirección IP.
Y también es cierto que los comentarios anónimos tienen muchas veces buenas e interesante aportaciones.
“En su columna Saltapatrás Guillermo Sheridan reflexiona con gran acierto sobre este tema. "La libertad que brinda la red incentiva también la bravuconería de los cobardes, esos que tiran la piedra y esconden el mouse, que lanzan las más vulgares groserías protegidos por la cursi comodidad de sus nicks. Se sienten escritores, críticos y analistas por un momento; su patética inseguridad y la asunción de su derrota intelectual son proporcionales a la eficacia de su anonimato.
Pero al insultar a otros esa irrelevancia se altera: oculta su nombre porque hasta su irrelevancia lo arredra. Su “libertad” muestra así su único rostro: es un cobarde no ante quienes insulta, sino ante sí mismo…”
Y , digo yo, lo peor no es ser un cobarde a la vista de los demás…lo peor es que uno mismo se sepa cobarde… (como es un comentario no puedo ponerlo en letra grande y en negrita, pero imaginen este párrafo como acabo de indicar)...
Aprovechar el momento para felicitar una vez más a Esteban por su blog y que lamento que determinados anónimos lo estén estropeando un poco. Espero que esta situación acabe y que tu blog siga creciendo por todo lo bueno que aporta a Tamaraceite.
Un abrazo
Sin anónimo :-) Noemí Padrón.
Suscribo cada letra que escribe, y si acaso, yo soy partidario de impedir que nadie escriba bajo esa opción, la del anónimo, que tanto daño hace a la Democracia.
A Noemí le recuerdo que es cosa de niños cambiar la IP de la cuenta y hacer daño.
Y a ver si ahora sí que sale, carallo...