Una serie de barrios: Tamaraceite espera ser alguien
Marisol Ayala, contrastada periodista de La Provincia, en su blog Juegos de la Vida, expone un artículo sobre nuestro pueblo de Tamaraceite. Les dejo con él ya que no tiene desperdicio:
La dejación municipal ha paralizado el Plan de Reforma Interior que durante 25 años animó a la vecindad en la autoconstrucción. Tamaraceite engloba varios barrios pero hay situaciones que son símbolo de la comunidad: el grupo de viviendas Francisco Franco con casas de 42 metros que acogen familias numerosas, droga, paro y embarazos precoces.
Tamaraceite tiene el perfil de un barrio obrero, con viviendas de autoconstrucción y focos localizados de droga que en algunos casos, pocos, han sido combatidos. Tiene Tamaraceite 18.000 mil habitantes, una red de saneamiento vieja y en muy mal estado, así como los restos de un extinto Patronato Francisco Franco con unos vecinos que han dado guerra y en cuyas modestísimas casas creció una buena parte de su vecindad. Hay, como en todos los barrios, zonas de nivel más alto que no son, en ningún caso, reflejo de la violencia que en los últimos meses tanto marcó ese núcleo vecinal. Hablamos, por ejemplo, de Lomo Los Frailes, donde están situados los tan abandonados grupos de viviendas, 289 y 236. Un núcleo que mereció atención especial porque la última Navidad algunos de sus jóvenes vecinos sembraron el pánico y la indignación en Canarias al matar a un chico de 19 años a patadas. “No quiero echarle más mierda a la gente del Lomo pero ahí se vende droga y eso lo sabemos todos. Es una ciudad sin ley donde entrar da un poco de miedo”, apunta un vecino.
Dice Juan Manuel Calderín, el presidente de la asociación de vecinos, que Tamaraceite ha ido superándose pero, “no nos engañemos, hay cinco o seis cositas que están muy mal. Por ejemplo lo de la red de saneamiento, las señalizaciones de tráfico que hace 25 años que no se actualizan, tampoco tenemos aparcamientos y mil cosas más que llevan años pendientes de ser abordadas”.
La dueña de una óptica dice que “como nadie nos echa una mano, poniendo bonito y cómodo el barrio, la gente se larga a los grandes centros, lógico”. Y es que la población de Tamaraceite se mueve entre los 45 y los 65 años y una buena parte de la ya más mayor está enfadada porque carecen de un Centro de Día donde albergar a los que tienen problemas de salud, soledad incluida.
“Mi madre está enferma y a veces tiene que quedarse sola en casa porque somos dos hermanos y uno trabaja en el sur. Gracias a que los nietos vienen a cuidarla no pasa nada, pero en el barrio hay gente mayor que no tiene quien les dé una vuelta, y los que pueden caminar no tienen ni a dónde ir”. Conchita es una de las vecinas que más baila en la asociación de vecinos, situada cerca a las viviendas sociales del Patronato al que dio nombre el dictador, y que no se cansa de repetir que “el Ayuntamiento nos tiene abandonados. Tamaraceite”, sigue, “tiene mala fama porque todo se ha hecho con el culo. Los políticos cuando se quisieron quitar de encima a gente de barrios raritos los metieron a todos aquí, en el Lomo. Ese es el problema”. Conchita, que huele a colonia de baño, dice que tiene ya poco que perder de manera que mira y dice lo que no le gusta “sin papas en la boca”.
Un análisis sobre la realidad de Tamaraceite y Ciudad del Campo, realizado por Cáritas en la parroquia de San Antonio Abad, aporta datos que no sorprenden: “Se constata que a nuestra parroquia llegan bastantes personas que no saben ni leer ni escribir. El analfabetismo general y funcional en jóvenes y mayores, es una realidad”. Pero eso sí, según la asociación de vecinos, en Tamaraceite hay más universitarios y chicos que han terminado la Formación Profesional que en otros barrios de la ciudad, “lo que también es importante a la hora de plantearse el futuro”.
Las drogas es el tercer punto que se subraya en el informe de Cáritas. “Se detecta la obtención de dinero ‘fácil’ como resultado del trapicheo, siendo especialmente preocupante que algunos jóvenes ya han empezado a sufrir los efectos de su drogadicción con síntomas de esquizofrenia y enfermedades psíquicas”.
Calderín insiste en que esta zona, para la que se espera un fuerte crecimiento urbanístico en un lustro y un aumento de población de 20.000 personas más, no puede seguir siendo considerada periferia. Hay que reivindicar para Tamaraceite el concepto “ciudad”, dice, “pero no ciudad dormitorio, sino una ciudad con servicios sociales, culturales y comerciales”.
Francisco, uno de los alrededor de 70 comerciantes que regenta, con más fe que rentabilidad un bazar en una céntrica esquina, dice que la situación es mala “como en todos sitios, pero a pesar de esas dificultades, tengo fe en un futuro. ¿Y si no…?”. Se pregunta con los brazos en cruz.
La dejación municipal ha paralizado el Plan de Reforma Interior que durante 25 años animó a la vecindad en la autoconstrucción. Tamaraceite engloba varios barrios pero hay situaciones que son símbolo de la comunidad: el grupo de viviendas Francisco Franco con casas de 42 metros que acogen familias numerosas, droga, paro y embarazos precoces.
Tamaraceite tiene el perfil de un barrio obrero, con viviendas de autoconstrucción y focos localizados de droga que en algunos casos, pocos, han sido combatidos. Tiene Tamaraceite 18.000 mil habitantes, una red de saneamiento vieja y en muy mal estado, así como los restos de un extinto Patronato Francisco Franco con unos vecinos que han dado guerra y en cuyas modestísimas casas creció una buena parte de su vecindad. Hay, como en todos los barrios, zonas de nivel más alto que no son, en ningún caso, reflejo de la violencia que en los últimos meses tanto marcó ese núcleo vecinal. Hablamos, por ejemplo, de Lomo Los Frailes, donde están situados los tan abandonados grupos de viviendas, 289 y 236. Un núcleo que mereció atención especial porque la última Navidad algunos de sus jóvenes vecinos sembraron el pánico y la indignación en Canarias al matar a un chico de 19 años a patadas. “No quiero echarle más mierda a la gente del Lomo pero ahí se vende droga y eso lo sabemos todos. Es una ciudad sin ley donde entrar da un poco de miedo”, apunta un vecino.
Dice Juan Manuel Calderín, el presidente de la asociación de vecinos, que Tamaraceite ha ido superándose pero, “no nos engañemos, hay cinco o seis cositas que están muy mal. Por ejemplo lo de la red de saneamiento, las señalizaciones de tráfico que hace 25 años que no se actualizan, tampoco tenemos aparcamientos y mil cosas más que llevan años pendientes de ser abordadas”.
La dueña de una óptica dice que “como nadie nos echa una mano, poniendo bonito y cómodo el barrio, la gente se larga a los grandes centros, lógico”. Y es que la población de Tamaraceite se mueve entre los 45 y los 65 años y una buena parte de la ya más mayor está enfadada porque carecen de un Centro de Día donde albergar a los que tienen problemas de salud, soledad incluida.
“Mi madre está enferma y a veces tiene que quedarse sola en casa porque somos dos hermanos y uno trabaja en el sur. Gracias a que los nietos vienen a cuidarla no pasa nada, pero en el barrio hay gente mayor que no tiene quien les dé una vuelta, y los que pueden caminar no tienen ni a dónde ir”. Conchita es una de las vecinas que más baila en la asociación de vecinos, situada cerca a las viviendas sociales del Patronato al que dio nombre el dictador, y que no se cansa de repetir que “el Ayuntamiento nos tiene abandonados. Tamaraceite”, sigue, “tiene mala fama porque todo se ha hecho con el culo. Los políticos cuando se quisieron quitar de encima a gente de barrios raritos los metieron a todos aquí, en el Lomo. Ese es el problema”. Conchita, que huele a colonia de baño, dice que tiene ya poco que perder de manera que mira y dice lo que no le gusta “sin papas en la boca”.
Un análisis sobre la realidad de Tamaraceite y Ciudad del Campo, realizado por Cáritas en la parroquia de San Antonio Abad, aporta datos que no sorprenden: “Se constata que a nuestra parroquia llegan bastantes personas que no saben ni leer ni escribir. El analfabetismo general y funcional en jóvenes y mayores, es una realidad”. Pero eso sí, según la asociación de vecinos, en Tamaraceite hay más universitarios y chicos que han terminado la Formación Profesional que en otros barrios de la ciudad, “lo que también es importante a la hora de plantearse el futuro”.
Las drogas es el tercer punto que se subraya en el informe de Cáritas. “Se detecta la obtención de dinero ‘fácil’ como resultado del trapicheo, siendo especialmente preocupante que algunos jóvenes ya han empezado a sufrir los efectos de su drogadicción con síntomas de esquizofrenia y enfermedades psíquicas”.
Calderín insiste en que esta zona, para la que se espera un fuerte crecimiento urbanístico en un lustro y un aumento de población de 20.000 personas más, no puede seguir siendo considerada periferia. Hay que reivindicar para Tamaraceite el concepto “ciudad”, dice, “pero no ciudad dormitorio, sino una ciudad con servicios sociales, culturales y comerciales”.
Francisco, uno de los alrededor de 70 comerciantes que regenta, con más fe que rentabilidad un bazar en una céntrica esquina, dice que la situación es mala “como en todos sitios, pero a pesar de esas dificultades, tengo fe en un futuro. ¿Y si no…?”. Se pregunta con los brazos en cruz.
Comentarios