¡Qué tiempos los de antes!
A veces uno echa de menos los tiempos de antes. Hay un dicho popular que dice que cualquier tiempo pasado fue mejor. No estoy muy de acuerdo con éste en general, aunque en lo que respecta a la limpieza de nuestras calles sí. Recuerdo antes, cuando cada vecino limpiaba su acera, la baldeaba todos los días para que se refrescara y así poder dar la bienvenida a los que venían a tomarse el buchito de café de media mañana. Ahora, según me contaba una vecina de la Montañeta, ya le da miedo salir a la calle con el cepillo y el balde para limpiar el pizco de acera que día sí y día también está siendo pasto de las "boñigas" de los perros y de la inconsciencia de sus propietarios. El otro día, me decía, estaba limpiando la acera con un poco de zotal y una empleada del servicio de limpieza le echó la bronca. "Y eso que le dije que los perros habían ensuciado la acera". Y lo más denigrante de todo es que el servicio de limpieza municipal deja atrás las cacas de los perros cuando pasa con la escoba. Son las mismas autoridades las que están haciendo que cada vez seamos menos solidarios, más incívicos y más despreocupados con lo que pasa a nuestro alrededor. Echo de menos al barrendero de siempre, el que venía todos los días y que conocía todos los rincones de mi pueblo, que carro a cuesta dejaba las calles limpias como patenas.
Comentarios
Si estos empleados solo barrieran 10 metros al día como es debido esta calle tan importante estaría impecable.