El personal en los Aeropuertos
Por: Don Luis García Correa |
Supónganse que la persona que está en el control es una persona mal educada y lo trata a usted “al trancazo”, y con gestos y palabras mal sonantes.
¿Qué diría y qué sentiría usted si recibe ese trato mal educado? Seguro que no le gustaría, ni le gustaría a nadie. Pues ¿Qué pensará y cómo se sentirá un turista que ha venido a pasarse unas vacaciones y lo despedimos con mala educación?
Esto es algo muy importante, para –como se dice ahora “mantener la fidelidad del turista” -, y vuelva por aquí de vacaciones.
Tenemos que hacer llegar a los responsables esta idea de un trato sumamente educado, con todo el mundo y, especialmente, con los turistas.
Este personal, de los aeropuertos, tiene que ser de una exquisita educación.
Que no le digan: “quítese las botas allí”, sino: “por favor, señora o señor, le ruego se quite la botas para el control, gracias”.
Quienes después de habernos visitado, vivido y compartido con nosotros esos días de playa, campo, -en definitiva, de descanso- y haberse gastado su dinero para pagar nuestro trabajo y nuestra remuneración económica: bienes para nosotros imprescindibles; en el momento de su marcha, deben irse con un recuerdo imborrable y de añoranza, para que no sólo ellos vayan felices y contentos, y deseen volver, sino que inviten a otros de sus compatriotas a venir igualmente.
Esto no sólo es recomendable, sino necesario.
Las personas que están en los puestos de control de los aeropuertos canarios tienen que ser sumamente educadas, extremadamente educadas.
Tienen que darse cuenta que para ellos va a ser la última impresión, la gran imagen que se les quede para siempre a los turistas, para que puedan decir al llegar a sus países:
“¡Qué educación tienen los canarios! ¡De qué manera tan educada nos han tratado en los controles de los aeropuertos canarios!
Vale la pena volver no sólo por el clima y playas, también por sus gentes.
Esto lo recordarán toda la vida, y con todo el mundo lo comentarán y a muchos se lo dirán.
¿Menuda publicidad nos harían?
Y… ¿con qué alegría nos quedaríamos nosotros por haber cumplido con nuestro deber y haber ayudado al prestigio de nuestras islas?
Nos estarían haciendo una enorme propaganda, y muchos, segurísimo, vendrán pensando en lo bien que lo van a pasar porque son bien considerados y tratados con educación.
No se puede permitir que un señor en el control de seguridad de nuestros aeropuertos nos desprestigie porque sea una persona mal educada.
Insisto, no sólo tienen que ser educados, tienen que ser sumamente educados.
Que el trato sea exquisito, pero no sólo porque son turistas, sino porque como todas las personas son dignas del mayor respeto y consideración, como lo somos nosotros, como lo somos cada uno de nosotros.
En la espera de que este ruego llegue a todos, especialmente a los que tienen la responsabilidad de atender y controlar esos puestos, tan vitales e importantes en los aeropuertos canarios, para el bien de ellos mismos y la dignidad de su trabajo y de todos nosotros.
Con el deseo de que todos nos enteremos de nuestras responsabilidades sociales y personales, que las tenemos con nosotros mismos y con los demás, especialmente con los turistas que nos están dando nuestro sustento y felicidad, reciban, nuestro cariño y el ruego aquí hecho.
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