Insistir en las razones de la crisis

Por: Luis Cristóbal García Correa y Gómez
Sigo creyendo que el fundamento de esta tremenda crisis es la falta de valores morales o religiosos.

El materialismo y la visión economicista de la crisis crea, a mi entender, una incapacidad para interpretar la crisis y poderla definir para, entonces, saber cómo y cuándo atacarla.

¿Qué estrategia puedo yo tomar para la solución de un problema social si no conozco las causas que lo producen y las razones que lo fomentan?

Por supuesto, no me creo que tenga ciencia infusa para definir el problema y dar con las soluciones, sólo sé que tengo que participar en la medida de mis posibilidades, como todos, y una de ellas es este magnífico blog.

Hay algo que quisiera resalta: “la participación individual, la de cada uno de nosotros es importantísima, pero también lo es la del poder político”.

Tenemos que ser conscientes que los llamados poderes, se llaman así porque lo son: tienen autoridad y pueden usar el mando. El poder económico, el poder político, son poderes, y, por lo tanto no los podemos despreciar, hay que contar con ellos.

Y ¿de qué forma tenemos que contar con ellos?

Teniendo una participación fuerte, que podamos tratarnos de tú a tú.

Una participación fuerte con un poder fuerte, es la solución.

Creo que deberíamos ver si el sistema económico actual que impera en el mundo es correcto. Para mí no lo es.

Y no lo es porque no está basado en valores morales o religiosos.

Hoy tenemos un gran aliado en las redes sociales. En internet, que son rápidas y los jóvenes las viven al día. Son inmediatas y de aceptación popular.

Pero, para mí, debemos tener presente que son un instrumento, en el que el contenido depende de la fuente de información, que no siempre es la misma y la verdadera.

Creo que las redes sociales sirven como medio de información, son buenos medios para difundir informaciones, pero, a la hora de redactar contenidos exige que haya alguien con ideas, que sea capar de pensar y redactar ideas y soluciones que realmente tengan contenido.

Creo que para salvar lo hasta ahora conseguido, de interés general, como son la sanidad, la enseñanza, todos aquellos logros sociales, como el pleno empleo o el insistir en que los padres son los responsables de la educación de sus hijos, tiene que existir una participación individual, de cada uno de nosotros que favorezca la solidaridad basada en valores morales o religiosos, porque nos unen unos valores que son razón de nuestra vida.

Tiene que ser tan verdadera nuestra participación en la solidaridad que el crecimiento económico y el pleno empleo sean unas realidades vividas y compartidas por todos.

Insisto: sin mi solidaridad no hay posibilidad.

Hay que eliminar las grandes lacras sociales como la deshonestidad, la corrupción social y la codicia. Y sustituirlas por los valores morales o religiosos, recapitalizando en especial la honestidad.

Y, como consecuencia, si llega la riqueza material, bienvenida sea, pero seguro que si habrá un enriquecimiento interior que espiritualmente será la conclusión.

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