Arencibia, rescatado del olvido
LOURDES S. VILLACASTÍN Por Navidad, Lolita tenía encomendada una tarea silenciosa al margen de llenar la despensa y de preparar las viandas para Nochebuena. La cocinera debía elegir a la familia más necesitada de Tamaraceite y entregarle el sobre con dinero que cada año donaba anónimamente Suso a uno de sus vecinos. Es tan sólo una de las historias que desvelan quién fue Jesús Arencibia (1910-1993), uno de los muralistas más importantes del panorama artístico canario y español del siglo pasado y que, de haber vivido aún, cumpliría hoy cien años.
Con motivo de su nacimiento, vecinos y familiares, agrupados en la Plataforma Centenario Jesús Arencibia, rescatan durante este año con diversas actividades culturales la figura humana y artística de uno de los miembros más destacados del movimiento indigenista. Para ellos, el gran olvidado de las instituciones públicas canarias.
La Casa de la Cultura de Tamaraceite es el epicentro donde comenzar a descubrir al pintor y al hombre, nacido en Tamaraceite y muy ligado durante toda su vida al barrio. Allí se puede contemplar hasta el 1 de diciembre Colón y los olvidados, una serie de retratos pintados por él de los marineros que acompañaron a Colón en el descubrimiento de América y que no han pasado a la historia. Arencibia rescató del olvido a estos marineros y donó la serie al Cabildo insular en agradecimiento a la beca que le otorgaron para estudiar. Así era el pintor de Tamaraceite.
"Queremos que con esta serie de actos no se pierda su memoria. Darlo a conocer a sus vecinos y a las nuevas generaciones", explica Esteban Santana, portavoz de la plataforma.
Jesús Arencibia, que estudio en la Escuela Luján Pérez y fue profesor de la escuela de Bellas Artes de Madrid y de la de Magisterio, dejó un legado pictórico diseminado en los muros de diversas instituciones públicas, privadas y religiosas de la Isla. Entre ellas, la iglesia de Tamaraceite, la ermita del Pueblo Canario, el Cabildo de Gran Canaria y el hotel Santa Catalina.
El objetivo de la plataforma es recuperar la figura del muralista, cuyo obra, entienden, puede llegar a ser un gran potencial turístico para la ciudad que le vio nacer. De hecho, el próximo sábado, 26 de noviembre, la plataforma ha organizado una ruta por esos murales. Una oportunidad para descubrir su legado y para que como los marineros de Colón, Arencibia no caiga en el olvido.
Con motivo de su nacimiento, vecinos y familiares, agrupados en la Plataforma Centenario Jesús Arencibia, rescatan durante este año con diversas actividades culturales la figura humana y artística de uno de los miembros más destacados del movimiento indigenista. Para ellos, el gran olvidado de las instituciones públicas canarias.
La Casa de la Cultura de Tamaraceite es el epicentro donde comenzar a descubrir al pintor y al hombre, nacido en Tamaraceite y muy ligado durante toda su vida al barrio. Allí se puede contemplar hasta el 1 de diciembre Colón y los olvidados, una serie de retratos pintados por él de los marineros que acompañaron a Colón en el descubrimiento de América y que no han pasado a la historia. Arencibia rescató del olvido a estos marineros y donó la serie al Cabildo insular en agradecimiento a la beca que le otorgaron para estudiar. Así era el pintor de Tamaraceite.
"Queremos que con esta serie de actos no se pierda su memoria. Darlo a conocer a sus vecinos y a las nuevas generaciones", explica Esteban Santana, portavoz de la plataforma.
Jesús Arencibia, que estudio en la Escuela Luján Pérez y fue profesor de la escuela de Bellas Artes de Madrid y de la de Magisterio, dejó un legado pictórico diseminado en los muros de diversas instituciones públicas, privadas y religiosas de la Isla. Entre ellas, la iglesia de Tamaraceite, la ermita del Pueblo Canario, el Cabildo de Gran Canaria y el hotel Santa Catalina.
El objetivo de la plataforma es recuperar la figura del muralista, cuyo obra, entienden, puede llegar a ser un gran potencial turístico para la ciudad que le vio nacer. De hecho, el próximo sábado, 26 de noviembre, la plataforma ha organizado una ruta por esos murales. Una oportunidad para descubrir su legado y para que como los marineros de Colón, Arencibia no caiga en el olvido.
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