Carta al Viento: Escalar la montaña
Por: Jesús Vega Mesa |
Hace
unos días, en la misma falda de la montaña que pretendía subir, alguien había
escrito con letras de piedra: “Si no escalas la montaña, jamás podrás disfrutar
del paisaje” (Pablo Neruda). Sólo leer la frase me dio ánimos para subir con
más optimismo y descubrir un nuevo paisaje. Pero al mismo tiempo me hizo
reflexionar. No puede ser que los muchos problemas que estamos viviendo
actualmente nos estén impidiendo ver la cara amable de la vida. No puede ser
que unos cuantos desaprensivos y ladrones nos estén robando, además del dinero,
la alegría y la esperanza.
Mientras ascendía a lo más alto de la montaña,
esquivando piedras y zonas resbaladizas, me convencía a mí mismo de lo irracional
que es dejarse llevar por lo negativo y pensar que todo el mundo se defiende
con zancadillas y robos. Gracias a Dios,
la vida está llena también de hermosos paisajes que a veces no los vemos o no
los valoramos.
Es necesario criticar, por ejemplo,
muchas cosas de nuestra Seguridad Social.
Pero sería injusto hacerlo si al mismo tiempo no valoramos a los muchos buenos médicos de los centros de salud que
atienden con amabilidad y sabiduría. O el exquisito trato, afecto y
profesionalidad que la mayoría de los
sanitarios ofrecen en los hospitales. De eso puedo hablar con conocimiento de
causa. Por supuesto que hay cosas que funcional mal. Pero “nunca una noche ha
vencido al amanecer”. Dejarnos llevar por el pesimismo, derrumbarnos ante los
problemas, sería claudicar. Por muy mala que sea una situación, hay que buscar
salidas. Por eso valoro, por ejemplo que algunos ayuntamientos, ante la
situación de tantas familias en paro, no se hayan conformado con lamentaciones sino
que se las están ingeniando para encontrar el modo de fomentar el trabajo y la actividad cultural
en el municipio.
Creo
que era Facundo Cabral quien cantaba que “de la cuna a la tumba es una escuela,
por eso lo que llaman problemas son lecciones”. Una hermosa lección es la que
ha dado, por ejemplo, un político canario que en su momento se arriesgó a no
cumplir con la legalidad porque entendió
que la ley no puede ir en contra de lo que es justo. Y en aquellos
momentos tocaba buscar soluciones a los
graves problemas de muchos ciudadanos. No siempre lo legal es lo justo.
Tagore,
el poeta indio que admiro, dejó escrito que, “si no puedo cruzar una puerta,
cruzaré otra…o haré otra puerta” Y hay muchos que en situaciones difíciles,
están “haciendo otras puertas”: personas
particulares y colectivos que están becando a jóvenes estudiantes, profesores
de la enseñanza pública que dedican horas extras a los alumnos aunque no se las
paguen, trabajadores de la Banca que se sienten avergonzados por los atropellos
de sus patronos y están defendiendo a los clientes que han sido o son
engañados, curas de pequeñas parroquias que no solamente cultivan los valores
religiosos sino que están comprometidos en la labor social. Mi reconocimiento a
quienes, “cuando la vida te presenta razones para llorar, preséntale mil y una razones para reír”. En este año, en el municipio donde vivo, se han realizado más de veinte
actividades solidarias nacidas de colectivos juveniles, deportivos y empresariales. Eso es crecer ante las dificultades. Si no escalas la
montaña, no podrás disfrutar del paisaje. Y ahora, amigos, toca escalar. Que no
se pierda la esperanza ni la sonrisa. Cuesta subir. Pero habrá recompensa. Fue
el mismo Tagore quien decía que la montaña es una mano que sale de la tierra y
nos llama. Las montañas están para ser escaladas. Y los problemas para resolverlos.
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