Gofios procedentes de piñas a traición
Por Antonio Domínguez |
… Somos un país de cosa digerida y dada a luz; nos toca
dar pasos adelante a que nos trague “la otra dimensión”; para una vez depurados
regresar a la altura de donde nos descabalgó el movimiento. No habrá avances en
Europa porque tocan veinte años de recapitalización y acopio en la zona euro. Y
la tensión será la misma, ni más, ni menos en todos los tiempos de llegada y de
partida que se han acordado y firmado en los tratados. Saltarán miles de veces
alarmas para todo, pero serán falsas; para mantener en vilo a quienes les
convenga: absolutamente todo está previsto en los acuerdos. No habrá sorpresas
para los grandes hombres que están en la consolidación de tal titánico trabajo
previo.
Este país que lleva décadas sin trabajar, donde, para más
cundir un puesto de trabajo, hay diez enchufados más. O sea, entre parados
oficiales y camuflados, haciendo que hacen, ¿sería mucho decir de quince o
veinte millones de improductivos? ¿Llegaría el trabajo total realizado en el país
a montarse en la realidad del producto de cinco millones trabajando como Dios
manda? Estamos donde nos pertenece estar en asuntos económicos, si tenemos en
cuenta de dónde venimos. Sin despegar aún de las bastas consecuencias de la
dictahierro, es por lo que, la entrada a Europa hasta la fusión real, escachará
generaciones como tributo. La vertiginosa tendencia alcista de la presión de
nuestros acreedores (no me negarán que así se llama a quien tanto dinero
debemos) no es sino la continuación y estatificación del bloqueo enmascarado
que tuvimos hasta el último día del general Paco. Los ajustes y medidas
impopulares que hunden la economía no son peores que la estadía económica
contemporánea a la entrada a Europa. Volvemos a la recesión que teníamos en el
glorioso y después de él junto al alza de los costes -“de las letras vencidas”-
del estado, que ahora le llamamos así como si nada: déficit público.
A estas alturas lo sensato sería ir al rescate descarado,
no para degenerar a Cataluña sino para desenchufar millones de Tetas en todo el
país. La soberanía la perdimos nada mas entrar en el club que fue cuando nos
dijeron, el aceite, la leche, el cereal y cuanto no habíamos de producir, no
sabemos por cuantos años. Ni Europa ni nadie pueden exigirle a ningún país lo
que no esté firmado en un tratado. España debe continuar beligerante y pedir el
rescate; no puede continuar en manos de los políticos, habiendo profesionales.
¡Fijarse en Italia y su responsabilidad desde que la tomó gente seria! ¡Fijaos
como está nuevamente con otra vez los políticos¡ ¡La grandeza humana
últimamente inventada es que en una democracia se pueda nombrar un tecnócrata;
que aun por muy peregrina y antidemocráticamente que sea nombrado es más
efectivo en el buen sentido que cien políticos. No es posible que un país esté
mandado por profesores de educación física, barberos, amas de casa,
historiadores, comerciantes y peluqueros.
Estamos en la antesala de una subida generalizada, súbita
de intereses; a estadios que, el que la quiera ver realmente no tiene sino que
situarse entre el final del glorioso y la entrada en Europa; añadiéndole que
ahora debemos el dinero que la fábrica de moneda no le daría tiempo de acuñar
en ¿un año?
A pesar de estar todo convenido en el seno de la unión y
no haber ni un solo cabo suelto, andan los periódicos, diciendo todos lo mismo
(se plagian de la “prensa especializada” y mentideros por el estilo) embrollan,
desalan y confunden a la gente, porque no le aclaran que esta es “una guerra”,
pero con comida en gigantescos almacenes que tiene el banco de alimentos por
toda España (centenas de miles de toneladas) viviremos de la caridad (también
contemplada y firmada en tratado). Y sigo en lo mío: “largaremos las salchichas
de Frankfurt hasta por las orejas”, y ello, lo de la barriga llena (sin tener
que ir a proveerse en vertedero), a pesar de la desolación y la ruina es para
ir a pie a arrodillarse; a ver que manda la Señora de Teror.
Comentarios
lo de la transición fue inmejorable, por y con solo desembarazarnos de la dictada-duramente y entrar en democracia; a la cual caracteriza precisamente la desunión de criterios.
de los males de ahora y por mucho tiempo mas, solo tiene la culpa aquel que le caló la marcha atrás al país en el año glorioso del señor: 1936.
te quiero mucho y te agradezco felicidades.
Antonio Domínguez