La Paz sea con usted


Por: Luis C. García Correa
Para conmemorar el centenario de la Consagración de Nuestra Sra. la Virgen del Pino como Patrona, La Virgen ha bajado, multitudinariamente, desde su Basílica en Teror (pueblo en el interior de la isla), a la ciudad de Las Palmas, y permanecerá en la Catedral hasta el 14 de los corrientes.
Queriendo unirnos a este acontecimiento, dedicamos estas letras deseándoles que “La Paz sea con usted”.
“LA PAZ SEA CON USTED”
En las islas Canarias tenemos un habla peculiar que, entre otras cosas, se caracteriza por no usar el "vosotros". Usamos el "ustedes". En la España peninsular el título de estas líneas sería “La paz sea con vosotros".
Hecha esta aclaración, entremos en el tema de hoy.
El saludo diario debería ser: La Paz sea con usted / ustedes. Éste debería ser el inicio de nuestros días. Y para esto no se necesita creencia doctrinal alguna: basta ser un ser humano que trata de ser bueno. Así podremos crear el ambiente amable de intimidad y relación que tanto necesitamos porque solucionaría la mayoría de los problemas.
“La paz sea con usted” es un signo de amor profundo, de amor a Dios y de amor al ser humano. Sirve para todos. Como hemos dicho, este saludo no tiene credo.
El saludo y la despedida habitual deberían ser “La Paz sea con usted”.
La sonrisa, como el saludo cariñoso, rompe las tinieblas que podamos tener en ese momento. Vete en paz, la paz sea con usted.
Si al desear la paz le añadimos la caridad, el saludo se convierte en un bien inconmensurable que puede llegar a la eternidad.
Se necesita tener paz para darla. Y es muy fácil tenerla.
San Agustín, el gran doctor de la Iglesia, dijo: la verdadera paz es “la tranquilidad en el orden”. Orden entre todos nosotros y los demás. Si tenemos y conservamos ese orden tendremos la paz, y podremos transmitirla.
El orden es signo de justicia, como lo es la paz.
Sin orden no hay paz ni justicia. ¡Vivimos con orden cuando creamos la paz y la justicia entre nosotros!
¡Siempre podremos vivir y repartir a diario la misericordia!
Don Álvaro del Portillo dijo: “Donde hay amor a la justicia, donde existe respeto a la dignidad de la persona humana, donde no se busca el propio capricho o la propia utilidad, sino el servicio a Dios y a los hombres, allí se encuentra la paz”.
Tenemos que comenzar por tener nosotros la paz y luego transmitirla a todos.
La paz verdadera es la que nos hace preocuparnos por los demás, tanto como de nosotros mismos.
Hace veinte siglo Jesucristo nos dijo: la paz os dejo, mi paz os doy. Y nos lo dijo a cada uno de nosotros, creyentes o no, para que la vivamos y la compartamos.
Con la paz se encuentra el verdadero sentido de nuestras vidas.
La Paz es Padre Dios.
Ser de buena voluntad coopera para tener y querer la paz
Tener y llevar la paz es dar y entregar la felicidad. Y si se hace con sentido sobrenatural, es cooperar a una mayor libertad.
Con la paz se acaba el desasosiego y llega la felicidad y la libertad.
¿Compartimos y repartimos la paz, y con ella la felicidad y la libertad? Si es así “La paz sea con usted”.

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