Gofios que añurgan
Por Antonio Domínguez |
Da usted a entender Don Antonio, que España es un país de
basura metido de lleno aguantando cara al sol (sin nada poder hacer) la palabra
más expresiva y ofensiva propinada en y desde los mentideros europeos. Nos
dicen cosas asquerosas; aunque a través de eufemismos escatológicos, en sentido
malo; que tienen que ver con la porquería procedente de trastornos estomacales.
Por esa tremenda falta de respeto que siempre nos tuvo Europa, por lo
menos las gentes, paradas mente en
patadas a pelota (Dios me libre de referirme yo
a gentes de fundamento ¡¡que las hay!!). Por así llamarnos ¿tienen
razón?. Le veo a usted en un punto de vista único, inédito, que explica España
en el contexto europeo; como dice usted estamos obligados, sin soberanía
ninguna; marionetas somos ante los socios fuertes; y esperándonos están a ver
si somos capaces de pagarles el billón y los cientos de miles de millones que
les debemos, el amo es Europa; yendo usted
–directamente- con una certeza asombrosa a la raíz de todos los males de
nuestro país en ruinas; cuestión en que no hay ningún culpable fuera de nuestro
destartalado suelo y fronteras.
Al solar caliente
–climatológicamente- que era España y Portugal; vinieron a matarse y a saquear,
toda la parte norte indo europea, malayos, mongoles… por otra parte peleó aquí
puntualmente y con frecuencia todo el mediterráneo completo y toda la morería
que estaba armada y se sentía con posibilidades.
Después vinieron los reyes de
Portugal, Asturias, Castilla, etc. Que, cuando se hicieron temer por sus
saqueadores, empezaron ellos a saquear: Filipinas, América, Canarias, etc. A todo esto empiezan las dictaduras del
general Primo de Ribera y la muy dicta larga y gran fusila dura dictada desde
la infra-asadura, sórdida, arrancada desde la osadía que da –mezclada- la mala
asadura-catadura con la buena cantidad de testosterona y de zanahorias cargado; ese sin sentido guiso y
tolete batallar, para nada, del general segundo que dictó (hundiéndonos como
país hasta el año 2350, con mucha suerte y de continuar las urnas): Paco
Franco. En esto de hacerse cargo por su cuenta de los asuntos más decisivos sin
pedir permiso al pueblo; a nosotros nos desgració al punto que estamos como
estamos porque nos dejó un país tan esquilmado que nos fue imposible entrar de
tú a tú en la Europa rica (con sus cincuenta años de adelanto). Y las pobrezas
(gracias a Dios) nos entran desde Europa comprometidas de continente porque nos
abastecen bancos de alimentos, que no nos dejarán morir de hambre, está comprobado,
dice usted. Da a entender que los políticos españoles están hablando de
política sin un céntimo (tiene razón porque sin dinero la política es un juego
de niños en un recreo). Ofrecen el maná que ninguno tiene; nada más que por
ganar elecciones y pasar a la historia en la mayor altura de mando; aun sin
mando real, el cual, el auténtico, lo
ostenta Europa en todo su espectro. (En todo sea por Dios se convierten las políticas que le deben una
vela a cada una de las cien mil vírgenes (sin esperanza de poder pagar en la
vida). En España los mandos políticos no son de revisar mucho la deuda que ya
no cabe en las grandes simas del Océano Pacífico. Vemos que todo ha sucedido
como usted dice en sus dos últimos artículos. No solo no pagan (no se puede) la
deuda, sino que piden propiamente más dinero del que ya les mandan; sin pensar
que hay que pagar, como de toda la vida ¡hay que pagar lo que se debe! Han
venido las cosas tan mal dadas, que no hay dinero ni para apoyar inocentes
mentiras políticas. Que solo se pueden apoyar con dinero; que es precisamente
de lo que no hay. Estoy de acuerdo con usted, la historia de España desde su
nacimiento es la historia de una sangrienta pelea que va por la mitad.
Discúlpeme si no le he entendido bien y saludos. Muchas ensordecedoras
reuniones –por lo mucho que se juega- habrán en la nueva logística de la comida
regalada en Cáritas, en la Cruz Roja, en los bancos de alimentos, en las ONG
pequeñitas: una en cada calle. Mucho trasiego en almacenes privados
solucionando la avaricia a su importador, que pensó que se vendía y no se
vende; le endosarán la mercancía a los repartidores oficiales (bancos de
alimentos) de los que cogerán lo que les costó la mercancía y mucho más de dos
tercios de los impuestos liberando huecos para entongar nuevos intereses en sus
almacenes. Esa mercancía la financia Europa y habrá que pagársela también antes
del año 2350 y entonces sí estaremos absolutamente convergidos y soberanos;
mientras a poner el cazo y con todas las mascotas flacas no faltarán pulgas y
sus ácaros respectivos de nombre tan feo; por recordar azote y plaga bíblicos.
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