Carla Barrera, de Las Mesas, patrona del Villa de Agüimes

C7. Ser de Las Mesas (Tamaraceite) y llevar el apellido Barrera lleva consigo, casi de manera obligatoria, echarse a la mar. Es el caso de Carla Barrera Martel, que a los seis años ya navegaba en un Optimist y hace solo unos días, con 18, patroneaba al Villa de Agüimes en vela latina.         

El pasado sábado no iba a ser un día cualquiera para Carla. El Concurso Autoridad Portuaria abría la temporada, y durante los minutos previos le comunicaron que sería la patrona de su bote, el Villa de Agüines: «No me lo esperaba para nada. Durante la prueba fue todo bien, pero a medida que me iba acercando al túnel la intensidad fue subiendo y me puse más nerviosa», relata la joven grancanaria.

Pero luego fue momento de dejar los nervios a un lado para encarar la jornada: «Tuve sensaciones de todo tipo, pero principalmente sentí mucha adrenalina y nervios. Sin embargo, con la ayuda de todos al final  más o menos nos defendimos», asevera.

Esta es la segunda temporada que Carla Barrera navega en el Villa. Antes ya lo hizo con el con el Puerto de la Luz - La Caixa, donde se subió con 12 años, el bote que preside su padre, el mismo que dirige actualmente la Federación Insular de Vela de Gran Canaria y es figura emblemática en el entorno vernáculo de la vela latina: «Es el que siempre me ha dado todos los consejos. Antes del concurso sobre todo me dijo que lo importante era llegar, que solo con eso ya podría estar tranquila», comenta Carla.

Ser patrona de un bote no es algo ni que se gane ni pueda hacer cualquiera.  «Principalmente hay que llevar la caña, intentar llevar el bote, animar a los tripulantes, darles siempre esa extra de motivación para que den el cien por cien. Y muchas más cosas: llevar los catavientos, la vela, saber dónde y cuándo hay que virar... Son muchas cosas, está claro que no es nada fácil», aclara Carla Barrera, la mayor de tres hermanas de una zaga (Paula con 16 años, y Claudia, con 10, le siguen) que promete mucha guerra en el agua.