¡Por lo que vale la pena vivir!
¿Por qué vale la pena vivir? Por vivir.
¿Por qué vale la pena vivir? Por morir.
“¡La vida tiene sentido y valor cuando le damos valor y sentido!”
Vivir no es solo vegetar. Es sacarle partido a la vida.
“¡¡¡Le sacamos partido a la vida si luchamos por la felicidad y la libertad y las compartimos con los demás!!!”
La libertad y la felicidad se consiguen si convertimos la vida en pura honestidad, con lo que enfatizamos los actos cotidianos.
La vida no son días. La vida son segundos, minutos y horas que tenemos que llenar de contenido.
¿Cómo llenamos la vida de contenido? Si tenemos fines por los que luchar, y damos nuestra alma y corazón a conquistar esos fines.
¿Qué fines tenemos? Aquí está la madre del cordero. El meollo de la cuestión.
¿Qué fines tenemos? Seguro que son de acuerdo a los valores que tenemos.
¿Qué valores tenemos? Los que nos infundieron y grabaron con la educación que nos dieron.
En mi caso es facilísimo y sencillísimo: Me grabaron, de forma indeleble, el amor apasionado a Padre Dios y a usted como a mí mismo.
Cuando he sido consecuente con esos fines he sido plenamente feliz y libre.
Cuando he fallado a esos fines, he pecado.
Espero haber recibido el perdón, que he pedido y pido sin cesar y con verdadero arrepentimiento, y confiando en la eterna misericordia de Padre Dios y de la buena voluntad de mi familia, de mis vecinos, de mis amigos, y del mundo entero.
Tenemos lo que sembramos. Cuando he sembrado el bien he recogido el bien, y cuando he sembrado el mal, el mal he recogido.
¿Por qué vale la pena vivir? Por el bien. Que engendra y desarrolla la felicidad y la libertad.
“¡La felicidad y la libertad son razones y fines a conquistar!”
¿Cómo se consigue la libertad y la felicidad? Haciendo el bien, ayudando, y tratando de ser honesto con uno mismo y con los demás.
Bendito y alabado sea el bueno, honesto y participativo que reparte felicidad y libertad, de ellas y de ella o de él nace y crece la felicidad y la libertad.
“¡La libertad y la felicidad son una consecuencia de la que repartimos a los demás!”
¿Por qué vale la pena vivir? Por ayudar.
“¡Al ayudar repartimos felicidad y libertad, que nos regresa a toda velocidad!”
Bendito y alabado sea quien ayuda a los demás. De ella, de él nace y crece el bien, y la dicha de la libertad y la felicidad.
¿Por qué vale la pena vivir? Por la felicidad y la libertad.
Ahora solo le queda ayudar, y tendrá libertad y felicidad. Que serán plenas de acuerdo a lo que hemos ayudado a los demás.
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