Curiosa sociología

Por Antonio Domínguez

Los españoles según algunos somos pesimistas. Rumania, Grecia y Portugal ya no tienen espacio para eso. No les congelan, pierden las pensiones y lo que si temen fundadamente es perder su casa. No digo ni por un momento que esto no nos llegue también a nosotros. ¡¡Viva Europa!!
El  presupuesto sanitario de una de las más grandes cunas del saber está en la agonía según barómetro de investigaciones sociológicas. Ya hoy Grecia, “amontonada” entre los países de tercer nivel están -estamos- pesimistas respecto de los puestos de empleo que quedan en activo. Respecto de los que se han perdido no se le echa la culpa a la insensatez de haber vendido la pesca, la agricultura, las limitaciones de la industria y nuestra maravillosa ganadería; (nos están trayendo carne asquerosa nuestros fortificados importadores; que nos llena la sartén de agua y no se fríe, se sancocha)  que fue lo primero que hicieron los países pobres para que le dejaran entrar en la unión: muy condicionadamente. Se le echa la culpa a la burbuja inmobiliaria en la que nos metió Europa condicionadamente mandándonos ríos de dinero para que desmigajáramos las costas y catapultarnos nuestra agricultura a espacios donde no la podamos recuperar.
Una nación que solo tenga agricultura para vivir es hambre y miseria. Un país que solo tenga I+D+I y adelantos de todo tipo pero sin agricultura es un desastre.
1) Porque los importadores buscando precios le traerán basura para comer.
2) Porque no habrá trabajo para más de un tercio y lo pudrirá la droga, el bandidaje, los periódicos subsidiados, las mentiras políticas, proliferación de religiones que son sectas todas, pésele a quién le pese. La enajenación del deporte, “la cultura” que tanto daño está haciendo en mentes incultas y tantos millones y millones de euros dilapidados. A la de tres, se abandona del aula para montarse en la tabla cogiendo olas a perpetuidad. Vestidos de máscara todo el año o de payaso con pantalón a la rodilla o de mariconil calzado y resto del atuendo ¡para echarse a llorar! Rapados a máquina como presidiarios todo ello con un etc. grandísimo, lo trae la agricultura abandonada, que es el único sitio redentor de ese más de un tercio que deambula proyectado como la metralla de una bomba. Que ni se sabe a dónde va, no obstante, en este caso, se sabe perfectamente a donde no quiere ir: a trabajar. Los locos por el voto andan cuidadosos de ni nombrarles el trabajo; y le dan una propinilla supuestamente, a los periódicos para que ni se les ocurra decirles ni una sola palabra de ese asunto.
(Culpabilidad que la es de todos los colores políticos) financiada; como se financia por una noche a una carísima, imposible e inalcanzable mujer, para la que nos dieron dinero a espuertas y nos tienen ahora con la pata en el cuello. También he oído “mentirosos argumentos del volcán de Islandia respecto al turismo“: nos quieren estropear el poquito que nos queda. España, el país más al sur, el más cálido, vendió sus fértiles campos a Europa, presuntamente y prevalecen hoy junto con miles de pueblos y caseríos ¡¡abandonados!! Malviviendo del turismo; masificados en las costas. Bien viviendo solamente en lo que se refiere al esfuerzo: ninguno.
España malvive del turismo, sector en que va en solitario, (por alarmante desertización de ¡todos! los demás sectores) ¿una vergüenza? ¡No!, una calamidad fatal: las calamidades fatales van mil leguas más allá de la vergüenza. ¡¡Calamidades de la fatalidad!! En cuanto a tremendo sufrimiento, bajo absolutamente todos los aspectos que sirvan para sufrir. ¡En qué nos metieron!; que de no ser por los aspavientos de la hecatombe de los rebencazos de la banca americana, estaríamos aun plácidos e ignorantes: como el que come aun el pan de la boda. Una gran corrupción siempre levanta, destapa y descubre otra; por eso, tienen estas cosas de bueno y de malo por igual. Es como único se entera el pueblo de la manipulación a la que está sometido: cuando a los de arriba se les van las cosas de la mano. Ya es el caso en que no queda nada que mejorar ni empeorar. Por eso hay que volver al principio,- al trabajo perro,- el que no lo crea así está perdido.
Canarias también tiene su barómetro, ¡cómo la gente! Y cuenta ese barómetro que ocho de cada diez canarios dicen que esto no se mueve. ¡Claro que no se mueve el edificio geográfico-geológico que es la isla! Solo se puede mover en superficie arando, ¡claro! Solo agarrando por medio de la palabra, sin violencia, (la violencia no hace más que destruir) a todos los medio ambienteros y ecologinianos con cariño y argumentos sencillitos, como a inocentes pobres diablos que son y hacerles jurar ad litteram  y hacerles abjurar implorando perdón, bajo promesa solemne de que no van a molestar a sus prójimos por siempre jamás. Con solo decirles que si aspiran a la soberanía no podremos vivir de un pájaro ni de cebadales ni de tabaibas y retamas ni de tierras baldías, ni con un pueblo con las calles llenas de esculturas de burros, planchas, cedazos y demás fauna; con solo ello, se caerán para atrás ofreciéndose a trabajar gratis en cuantos muelles; e irán a emparedar laderas a Guayedra o a Tirma, para allí cultivar tremenda y sabrosa comida con ese extraordinario sabor que solo da la tierra canaria. Sin necesitar más ninguna otra explicación. Se atrae a la realidad, la ignorancia, solo utilizando mano izquierda y mucho, pero que mucho cariño y paciencia.