Pesimismo ¿evitable?


Antonio Domínguez
Todo sistema superior del Estado pierde lo principal en las autonomías: el fin, tanto como los medios para el fin. En todas ellas existe un cacao de Dios es su hijo, y una instancia superior a quien culpabilizar cuando ya tienen destruidos los medios para llegar al fin mismo. Con el agravante que a veces maltratan los medios (económicos) para hacer las puñetas; si es que el adversario político es quien manda la nación. De aquí se seguiría la conveniencia o no de seguir con las autonomías y una montaña de medidas legales y políticas: reformas de la carta, y unos líos de los que no conozco una palabra, por lo mismo, me callo en esto aquí.
Se ha perdido lo principal: el fin, tanto como los medios para el fin. Hay que sacar a la luz este punto una y otra vez, mas que le pese a los despeluzados “talentos de mandarines y tecnócratas“.
Que ruina siente el corazón cuando escucha que el turismo es el motor de la economía; que se empecina en solitario para arreglarlo todo cargando con los demás sectores, más que obsoletos, desaparecidos. ¿Qué economistas   rememoradores de los grandes tacos, desahogadores tacos, tenemos? ¿Me puede decir alguien si hay una universidad donde se estudie y se titule en anti economía y tolete-es? Si es así todo se explica; si no es así ya no acuso a los hechos de cacao técnico, les acuso de patiñero consejeríl. A este paso vamos a terminar los ateos creyendo hasta en Dios. Según últimas noticias, si es que no hay tal profecía de Isaías; lo que este contaba -dicen ahora- es que en el año en que murió el rey Ozías, Yavé lo envía a decirle al pueblo que por más que oigan no entenderán y por más que miren nunca verán; de suerte que serán destruidos por su cerrazón mental, y sus tierras quedaran vueltas un desierto. Consio ¡¡esto es la política canaria vendito sea Dios!! Y su inescrutabilidad. ¿Se referiría El Señor a Canarias? Si ese es su santo designio aguanta isleño cabrío. ¡Venga!, a hacer méritos, ¡si no quieres ser arrojado fuera de las murallas en el juicio de los juicios!
Un motor el turismo sí, para el que ya no se fabrican piezas de repuesto; a la espera de decisiones tomadas por compañías aeronáuticas, operadores turísticos, volcanes, voluntades de los propios turistas en general ¡los que tengan posibilidades!; de las políticas en general y todos los factores que tengan que confluir al unísono para que el turismo llegue. Desde el tremendo bajón económico generalizado. Parece una pesadilla que todavía se siga hablando de m-conadas y no de trabajo y de trabajar. ¡Y vengan terrenos prohibidos cada día más! Si no nos explican este desastre, yo por lo menos acabare loco, echándole cabeza día y noche a este asunto que cuanto más analizo menos comprendo. ¡¡Ya no puedo más!!
La isla no es solo turismo; es, o son, más sectores: que no servirán para progresar, pero sí para ayudar a mantener el techo de la economía que como hemos comprobado evidentemente, se ha derruido. La experiencia sin la vida de esos sectores nos tiene como es fácil comprobar. Es tribal tener en una isla espíritu de unificada visión de las cosas pensadas en su conjunto y de una pieza; esa floja manera de no pensar no se debe redimensionar a la alza porque no sirve; lo que puede servir es cuando se piensa -aunque sea poco y flojo- orientado a la sensatez: empezando porque la propia isla es ya fragmentaria en su soledad entre las aguas (fragmento) y faltan aquí muchas cosas para pensarla como paradigma de todo lo que existe; porque en ella no es en verdad todo lo que es el mundo en su conjunto -ni muchísimo menos- en ni uno solo de los aspectos hay totalidad. Ah, y en cuanto que Gran Canaria es un continente en miniatura, eso, es una falacia rayana en los términos del disparate chovinista. Convénzanse. No se niega aquí (todo lo contrario) que G. C. es la isla más importante del archipiélago con diferencia y a todos los efectos. ¡Se imponen las decisiones direccionadas!, por lo mismo. En esta isla hay un camino que hay que tomar ya; salvo que se dé una sola explicación convincente de porqué no se ha tomado ese camino.- que es-: cultivarla sin piedad por su alta demografía que come y no tiene trabajo. El hambre de verdad, llegará bastante más tarde. Ahora bien, adonde ya hemos llegado es a una juventud parásita y con la misma educación en el comportamiento -a veces menos- que los países del África negra, se tengan los títulos que se tengan, los que los tengan: tirando brincos de massai y pegando gritos de reventado frente al televisor viendo fútbol, ¡¡¡que esperanza viejo!!!
Y los políticos en vez de abstenerse como rechazo a una forma militarizada de comportamiento para la comunicación: ¡ya no se habla absolutamente de nada más! ¡¡No!! Brincan zangoloteando sus atrofiados cachetes para entrar en la igualdad con los jóvenes; como la única posibilidad de relacionarse con un pueblo que se caracteriza por el abandono de la escuela, con el aprendizaje justito para leer el marca. ¡¡No leerán absolutamente mas nada en su vida; por la sencilla razón de que no entenderán nada de lo que lean fuera de ese “intelectualizado periódico!!“. No sienten vergüenza los que tienen mucha culpa de determinada  idiosincrasia de un pueblo, solo sienten la desazón y el desespero de ser votados. Y lo que solo sirve para ser utilizado, empleado y explotado; para que educarlo con el ejemplo,- cuando hasta la letra abandonaron-. ¡Viva la marea revuelta! ¡Viva la rentabilizadora ignorancia!,  ¡viva el caos!, ¡vivan los brincos, los gritos y los machangazos a los bombos!, ¡vivan los periódicos por su labor educativa que la mitad de sus páginas son deportivas, gracias a Dios y la otra mitad alquiladas (es normal) al mejor que paga, supuestamente! Las librerías no han muerto gracias a los best-sellers -basura sin ninguna excepción- de millonarias unidades, a la par de la Pléyada de escritorzuelos y poetas vocingleros, autores de literatura pareja y a la altura de la comprensión de sus millones de destinatarios: ¡que si destruyera, bien, porque lo destruido ya no existe! Lo malo es que deforma, chamba, encumbra y embrutece; por la soberbia que aporta a los consumidores de esos libraco-librejos, que al dedicarle tiempo creen que de ahí para adelante no hay más pueblo. ¿Les hace aunque sea cosquillas lo dicho señores propiciadores de una isla de porquería?, les pregunto esto porque sé que vergüenza no les da ninguna, presuntamente. La vergüenza es una propiedad,- que hay que tener para luego proyectar-: especialmente cuando se festeja la estupidez y las mentecatadas de un pueblo preso en el ridículo fútbol; caído en esa trampa, en ese pozo, ¡la humanidad entera! desde donde al parecer no podrá salir jamás. ¿Solo les da prurito bañarse en una playa nudista? Allá por el dos mil cincuenta veremos cómo los viejecitos que deliran luchando entre las garras de la muerte dirán ¡gol!, ¡arbitrejo enclenque!, ¡no fue penalti!, ¡fue penalti! Si nos vamos en ese futuro a la planta de los terminales eso puede ser un verdadero escándalo, (esa gente grita aun estando casi muertos) el de las personas que no han dejado entrar nada más en sus cabezas.   Donde ya son únicos responsables todos los políticos y mandatarios del planeta por no haber frenado a tiempo, lo que se ha convertido lamentablemente en el acontecimiento universal sin parangón y sin vuelta atrás, aireado por la prensa global del globo entero-. Ya no se puede contar ni con los colegios a efectos de recuperar personas respecto de esa materia ridícula. ¿Qué se puede esperar de profesores contaminados, enfermos de esa imbecilidad particular? Los poderes políticos y periodísticos ¡¡especializados!! Y en general los que a “eso” han ayudado y propiciado no conocerán la vergüenza en lo que les queda de vida, porque es manifiesto que ni la conocieron ni la conocen, presuntamente. Estos últimos se llevan el “hurra y el aplauso de pleno derecho” porque, repito, dedican la mitad de sus páginas a este tipo de “interesantes humanísticas” de los que no se libra ni el África negra; que aun donde no hay qué comer no faltan periódicos. ¡¡Enhorabuena!! Se ve que la cultura asociada a la formación se extiende imparable. “Que nadie dude del prometedor futuro” que tanta sabiduría garantiza al pueblo llano. Gracias a las políticas, “juro que habrá de buscarse mucho para encontrar un tolete”. Aviso no obstante que cuando nos tildan de pueblo llano; el término “llano” le eufemizan porque siempre con él nos llaman ignorantes. ¡¡Abusadores!!
Ahora me han venido notas -a la cabeza- de algo que ya traté y que voy a complementar.
Partiendo del enunciado: “periodismo correveidile”, hay aquí en los siete fragmentos asuntos, cosas y casos, para ser acribillados por la crítica. Solo se echa mano de ella en los papeles, para lo que nos queda lejos: lo internacional y lo nacional. Para lo de aquí meten propaganda política, ensayos literarios y cosillas de la mar. De evolución nada, - de involución hace tiempo se toca fondo-. De dinero se trata. Si no se dispone ¡a servir a quien lo provea!, ¡¡Ar!! Embistiendo y desbaratando críticas que andan de boca en boca. Repeliendo para recular a guarecerse cuando ven la propia indefensión que solo tiene  defensa -poca- acudiendo a la retórica que todo admite. Lo que logran es vaciarse más, salpicando la poquita tinta que para lo nuestro disponen. Acaparada, secuestrada la crítica por intereses varios -obsérvese que no les enumero, arrecia la propaganda que tampoco especifico. Ahí tienen periódicos enteros para cruzar su crítica con la mía. Les recomiendo que salven solo las páginas deportivas por si acaso las deporpatías les queman las herramientas. Podrán maquillarlo todo y vestirlo de colorado y disimularán un poco pero, por más que se tapen les quedará siempre el impúdico al aire, presuntamente.

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