El voluntariado, el voluntario

Por Luis C. García Correa
El voluntariado es una forma evidente y activa de ser solidario.
El voluntario es la persona capaz de realizar, con sus hechos y deseos, una ayuda eficaz a los demás.
El ser humano, con su hábitat natural, y todo lo que nos rodea natural, honesto y necesario son signos evidentes del voluntariado de la solidaridad de la Naturaleza.
El voluntario llena y lleva el alma y el corazón a cotas inimaginables. Es un ejemplo a seguir e imitar si queremos ser felices y libres.
El voluntariado hace a las personas más humanas, y engrandece y desarrolla las virtudes convirtiéndolas en héroes de la realidad.
La realidad la podemos alterar para el bien o para el mal.
Los no creyentes con su voluntariado no solo ayudan a la gente, sino que fortalecen además las creencias del creyente, de la persona de fe, y así por un camino u otro todos se ponen en el camino de la santidad.
"¡Creer es esperar y desear!"
"¡Creer, esperar, desear, pero también desarrollar son las metas del voluntariado y los hechos del voluntario!"
Creer en todo lo que nos lleve al bien.
Esperar y desear que el bien sea lo natural.
Desarrollar con los hechos que ayudan eficazmente y por eso mismo también dignifican y santifican al voluntario.
Creer, esperar, desear y desarrollar. Que contribuyamos a mejorar y ayudar a quienes tienen necesidades.
Hay organizaciones dignas del mayor encomio y alabanza como son Cruz Roja, Cáritas, Manos Unidas, Médicos sin Fronteras, Greenpeace etc. etc.
Todas ellas luchan y trabajan por el bien de los demás sin pedir nada a cambio. Luchan y trabajan a fondo perdido, pero encontrando la dicha inenarrable de servir y ayudar a los demás, solucionando problemas vitales pues sin ellas la miseria sería mayor, tratando siempre de superar y compensar la insolidaridad de los demás.
Benditos y alabados sean los solidarios en el voluntariado, de ellos es la gloria terrenal y luego la eterna felicidad por dedicar su tiempo, esfuerzo y recursos, su ayuda, a los demás.
El ejemplo es el mayor reclamo, es la evidencia de lo mucho que podemos hacer por el bien del que tiene necesidad.
Los demás necesitados son nuestros familiares, vecinos, amigos y otras muchas personas a nuestro alrededor porque todos, sin excepción, necesitan nuestra solidaridad.
Benditos y alabados sean los solidarios en su voluntariado.
Seamos voluntarios para llenar nuestras vidas en valores incalculables que ayuden a los demás. Sin darnos cuenta esa entrega nos hará caminar por el sendero de la santidad, y gozaremos de la plena felicidad.
Benditos y alabados sean los voluntarios porque son solidarios.

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