“¡A SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO!”
Por Luis C. garcía Correa |
Por favor: rogaría a quien pueda y sea tan amable, me haga el enorme favor que le llegue a Su Santidad el Papa Francisco este escrito. Gracias y que Padre Dios le siga bendiciendo. Creo que podemos ayudar a muchos.
Santidad: Sean estas primeras palabras para tratar de mostrarle mi total y absoluta disposición y admiración.
Disposición para todo aquello que pueda serle de utilidad, en especial cooperar en su ayuda a los demás.
Admiración por la ingente labor que realiza más allá de lo imaginado.
“¡La tecnología no suple la labor de ayudar honesta, lealmente y con amor, así como la solidaridad a la que estamos todos llamados!”
“¡Ayudar a los demás es una obligación personal y social, y es una inminente necesidad!”
Creo que hoy somos más necesarios para ayudar a los demás que en épocas anteriores, porque hay más personas y más necesidades.
La exposición, clara, concisa y manifiesta, así como su publicación, de la urgencia existencial de explicar y propagar la necesidad de vivir valores éticos, morales o religiosos, es absolutamente necesaria para ayudar a los demás.
Ha llegado el momento de buscar personas, en especial laicos honestos, cuyo ejemplo y palabra propaguen y divulguen, en especial a los jóvenes, mediante cualquier forma de comunicación, la necesidad de ayudar a los demás.
Creo que la juventud actual es bastante receptiva para oír y hacer lo que le dicen quienes tienen autoridad moral por su ética demostrada a lo largo de sus vidas, y para comprender que la felicidad se incrementa, de forma exponencial, si se ayuda a los demás
Tenemos que buscar la forma de reunirnos con jóvenes, y no tan jóvenes, y explicarles lo que es la felicidad y la libertad, y lo que significa, en la propia felicidad y libertad, el ayudar a los demás.
Que aprendan a vivir la solidaridad como algo necesario y natural.
Por mi larga experiencia, en los ámbitos social, político y de la comunicación, he visto y he vivido los maravillosos y efectivos resultados que tienen quienes, con su honesta participación, experiencia, amor, fe y humildad han sembrado la semilla del ayudar de manera concreta y efectiva.
Con el apoyo de Su Santidad al desarrollo de esta idea de informar, se abrirían muchas puertas para entrar y explicar lo que es la felicidad, lo que es la libertad, y cómo se consiguen y aumentan con la ayuda a los demás.
Mi larga experiencia, en la vida social, política e informativa, me ha enseñado y demostrado el poder que tiene quién, con fe, honestidad, amor, y humildad, expone y explica, con gran facilidad, lo que es ser feliz ayudando a los demás.
“¡Hay que tratar de informar a los jóvenes, y no tan jóvenes, lo fácil que es aumentar la felicidad y la libertad ayudando a los demás!”
“¡Ayudar es la antesala de la santidad!”
Cooperar al bien de los demás, enaltece el alma e impulsa a seguir en ese maravilloso camino de la santidad, ayudando a los demás.
SANTIDAD, le ruego, con el mayor cariño, admiración y devoción, que nos apoye a quienes queremos, por amor, honestidad, fe y humildad ayudar y servir a los demás.
Le ruego a SU SANTIDAD me considere su leal y honesto servidor, en especial en estos momentos de urgente necesidad de ayudar.
Servir y ayudar a los demás, debe ser la meta a la que todos estamos llamados por amor, fe, honestidad y humildad.
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