No hay gofios nuevos bajo el sol
Por Antonio Domínguez |
Somos sabedores totales que el ecosistema les importa tres pares de objetivos; todo ello para frenar al país más productor (España, por su clima). Canarias, con el mejor clima del mundo, subsiste sirviendo copas, “dando masajes a Europa”, sirviéndoles en las mesas en silencio, en fin, ¡¡ajenos al paraíso que podría ser Canarias con una agricultura ultramoderna!!, prevalecemos en la vulgarización, empequeñecimiento; autoninguneados a extremos, que no estamos dispuestos a caer por la pendiente de la abulia opinando de tantos y sus tonterías que ni siquiera llegan a la imbecilidad de gran hermano TV.
Ya nos ha embarazado Europa el 27´2 % de territorio según EFE, pero realmente es bastante más. La gran mentira es decir que Europa tiene que hacer grandes esfuerzos para seleccionar las áreas más apropiadas para la conservación de tipos de hábitats y especies más raras y amenazadas, cuando de lo que se trata es de fusilar las áreas más competitivas en la producción, para enfriar la convergencia que va al ritmo de la miseria de la herencia de una guerra civil que fue con la que iniciamos los tratos de los que fue claramente consciente el resto de Europa y convino por ello, en pleno conocimiento iniciar la unión.
El espíritu europeo ha sido es y será una gusanera que abre brecha en todos sus países. En todos los estados miembros que les va tocando el momento histórico de ir cayendo debajo; le llegó ese momento a España hace 80 años, y, a esa gusanera, le falta poco para empezar a morder en su peritoneo, podemos, presuponernos reventados. Que no crea nadie que España se ha des radiactiva do de la mega-explosión del año 36 cuando aún no ha podrido bien el que encendió la mecha. No es lo mismo haber podido entrar con una sarta de toneladas de plata y oro y trenes completos de obras de arte a unirnos a Europa, que de la forma que lo hicimos: pobres miserables aunque, se nos vendía que éramos opulentos y se nos recordaba el ranking y la buena colocación de nuestro país en él. Metiéndonos mentiras a “sacarnos hasta el corazón”.
Paga lo que debes España o, invéntate un rey que mande otra vez en Alemania para que no te “protejan” el territorio y condenen a tu gente a “beber cerveza” y a vagar por las calles. Obligándote a mentir –igual canalla- hablando de empleo que no existe; de economía que sólo existe estrangulada. ¡España! Si no has salido del ambiente esencial que envolvió a Tormes en tiempos del lazarillo, ¡ya te lo digo!, Como tiempo has tenido, te lo auguro: ¡no saldrás!; o saldrás ¡leche!, De mona, que viene a ser de machanga. Son asuntos estos que no se pueden demostrar; lo que suele tener su solución en el consabido presuntamente y lo empleamos. Como no se nombra aquí a nadie en particular, gozamos de la impunidad que otorga el individuo “ofendido” que ha sido tratado en, como, confundido, mixturado en lo colectivo, y por lo tanto, lo cómodo es, en lo colectivo esconderse, como comadreja callando. Es un mérito que lo que aquí figura no sea palabra de Dios. Ese mérito aunque no sea real, cobra mucha importancia: desde el yermo, gélido vació de la suposición (equivalente a la convicción) la cual, se nos presenta como verdad absoluta a esconder, por eso, a efectos legales abrazamos esa otra suposición-disfraz (que no se expresa como convicción) con qué se absuelve el pensamiento subversivo de las obligaciones con la ley. Esta suposición a que nos referimos, va encima del manido supuestamente; no obstante aquí nos interesa se interprete tieso, o sea, operante por exculpante. Nos tranquiliza saber que no vamos a ser represaliados, porque no llegamos ni a mosquito ante tan gigantesco dragón; además ¡¡qué les queda por hacernos!! ¿Dejarnos preñados?
De dialogar objetivos políticos, de futuro y sociales económicos, hemos quedado en la subsistencia; con objetivos inventados por tecnócratas y mandatarios para ir tirando en el poder, con el engaño y la gran propaganda que el engaño necesita; hemos enlazado otra vez con la España que emigra o muere; con la del español que necesita huir del al raso, de la desnudez psicológica y las ganas de comer.
Andar tratando de solucionar un país, o unas islas (que son las que nos importan) con “planes de empleo” basados en cursos de formación desoyendo al agro único sitio donde hay trabajo real, es, pedir a gritos el rescate.
Debe entenderse qué, lo que hemos querido decir es, que la Europa rica satiriza a la Europa pobre (como se ha hecho toda la vida) cuidando llegar al filo de lo posible sin pasarse para no tener que disolver moneda, tratados e infraestructuras; o sea, para no tener que mandar al carajo la unión, que ya tiene un Brexit.
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