Los milagros de cada día
Vivir es un milagro cada día.
¿Por qué vive en este momento? ¿Es usted el que crea la vida?
¿Quién crea la vida y la mantiene?
La vida es el momento de cada día.
Desaprovechar, malgastar el tiempo que tenemos cada día, es un dislate que puede llegar a ser un pecado cuando uno se olvida de quién da la vida.
La vida es el milagro del que vive. Y si no aprovecha su vida, habrá perdido el tesoro que nos ofrece el día de cada día.
Vivir es hacer, y crear, y sumar al tesoro de cada día.
No hacer nada en la vida, no rentabilizar la vida, no aprovechar la vida sacándole todo el partido, es haber perdido algo que nunca regresa. Algo que no regresará jamás.
Cada segundo de la vida es irrepetible, y no regresa nunca jamás.
Si pierde lo irrepetible -cada segundo de la vida- ya no lo volverá a vivir y habrá perdido el tesoro que se le ofrecía.
El sueño, el descanso, el mirar al horizonte puede ser un momento de su tesoro si lo hace, si lo vive para llenar un vacío, y no para el olvido.
Todo tiene sentido y valor, en la medida en que le demos sentido y valor.
Una sonrisa, un beso, un abrazo pueden tener un valor incalculable, si han sido hecho con amor. Así es como aumentará su tesoro de ese día.
Ofrezca cada segundo de su vida a quién le dio la vida. Y recibirá la suma de los tesoros cuando le llegue su día.
El día comienza con la esperanza de llenarlo de valor y contenido. No lo desaproveche en actuar como un esclavo, haciendo lo que le dice el patrón. ¿Tiene usted patrón? ¿Hay algo que le esclaviza?
¿Es usted un esclavo? O ¿es libre de verdad? Usted me lo dirá.
Si es un esclavo vive de lo que le da su patrón.
Si es libre puede y debe aprovechar el día.
Si aprovecha el día vivirá los milagros de cada día.
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