¿Por qué estamos aquí?

Por Luis C. García Correa
¿Por qué estamos aquí? Por razones bien definidas y muy concretas a las que tenemos que corresponder para ser merecedores de haber recibido la vida y darle contenido, para nuestro bien personal y para el bien de los demás.
Somos uno entre los demás.
Somos únicos e irrepetibles: entre los que viven, han vivido y vivirán no hay nadie igual a nosotros.
No hay ni habrá otro como usted: “esa es la gran responsabilidad”.
Nacimos para vivir una vida que le sirva a usted y a los demás.
Sin su participación y aportación no habrá otra persona que cubra y ocupe el lugar que a usted le corresponde. Es único e irrepetible. No lo olvide jamás.
Somos tan importantes que nada ni nadie puede ocupar el puesto que nos ha tocado vivir, el que usted y yo tenemos la ineludible e irremplazable obligación de ocupar, para ser merecedores de la vida que nos ha tocado vivir, y que viviremos. ¿Vivo mi vida en el vacío? o, por el contrario, ¿la estoy llenando?
Nadie es imprescindible, pero su lugar es insustituible y nadie, nunca jamás, habrá quien ocupe su vida, sino usted y nadie más.
La vida es la maravilla que nos ha tocado vivir.
Desaprovechar y no corresponder a las obligaciones personales y sociales que nos corresponden es de una cobardía y de una irresponsabilidad, que le convertirían a usted en un ser sin valor ni contenido, y viviría una vida en vacío que nadie podría sustituir, y moriría en la soledad del vacío.
La soledad del vacío es el final de la cobardía, de haber tenido una vida y no haber correspondido a sus obligaciones personales, familiares y sociales. Y morirá en la soledad del vacío.
Sea creyente o no responderá ante el mismo Dios al que todos tenemos la obligación de corresponder y responder, y cuando le llegue la muerte se encontrará con El y ¿qué le dirá? Lo siento Dios, no te conocía.


¿Qué dirá Padre Dios?

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