¿Cómo conquistar al mundo?
Por Luis C. García Correa |
Todos estamos llamados a conquistar el mundo.
Nadie se queda fuera de la orden y obligación de tratar de conquistar al mundo.
Le he dedicado y dedico una parte importante de mi vida a tratar de conquistar el mundo.
¿Qué es conquistar el mundo? Ganarse el cariño, el apoyo y el amor de los demás por hacer el bien y ayudar sin mirar a quién. Trabajar por los demás.
¿Por qué trabajar por los demás es conquistar el mundo? Porque no hay mayor poder que el amor. Y quien ofrece su ser, saber, hacer y trabajar por amor para ayudar es porque ama con fidelidad y pasión, con ello conquistará el mundo.
¿Por qué hay, entonces, carencias y hasta necesidades y hambre?
¿Por qué hay guerras?
¿Por qué hay tanto poder y dinero y tanta miseria?
Porque quienes lo tienen reparten poco o no reparten.
El poder y el dinero son dos abrasivos, dominadores y opresores que hay que ser muy fuerte para despegarlos y quitarlos.
Quienes tienen poder y dinero eso les sirve para tener más dinero y más poder, lo que les crea una espiral del poder y del dinero. Y viven sometidos y esclavizados al poder y al dinero.
Hay riqueza de sobra para que desaparezca la miseria, y hasta la pobreza.
¿Por qué sigue existiendo miseria y pobreza? Porque las personas que tienen dinero y poder, aparte de no repartirlo, están apoyadas por ese enorme grupo de pasotas, individualistas y egoístas, que solo viven para sí y los demás no pesamos, casi no existimos.
Creo, ciegamente, que tenemos que ayudar a los necesitados. Por ello doy un tanto por ciento mensual de mis ingresos para ayudar a los demás.
¡Entonces! ¿Cómo conquistar el mundo? Los creyentes rezando, haciendo sacrificios y ayudando, y los no creyentes meditando, haciendo sacrificios y ayudando.
¿Cómo conquistar el mundo? Con amor, con humildad, honestidad, fidelidad y trabajando por el bien de los demás.
¿A qué esperamos para conquistar el mundo? Ya estamos perdiendo el tiempo, comencemos ya y el resultado será espectacular, porque conquistaremos el mundo con la bondad, el bien y el amor a los demás.
Benditos y alabados sean los honestos y participativos que sus bienes y valores los dedican a ayudar a los demás, lo que les convierte en próceres de la Patria y hermanos entre hermanos.
Benditos y alabados sean los que conquistan el mundo para compartirlo con los demás ayudando, en especial, al más necesitado.
Benditos y alabados sean los que conquistan el mundo porque comparten y reparten y serán recompensados.
Esa es mi gran experiencia y la que trato sea toda mi vivencia.
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