¡Gracias presi!
Por Esteban G. Santana Cabrera |
Pero sin desmerecer el trabajo de jugadores, técnicos y la afición, quisiera detenerme hoy en una figura que, en muchos momentos, sobre todo en las últimas temporadas, ha pasado a un segundo plano, y es la persona del presidente, Miguel Ángel Ramírez.
Una persona que ha arriesgado mucho por este equipo y que ha hecho historia. Conseguir tres ascensos y el de más tiempo en el cargo, tras haber superado en 2020-21 el registro histórico que ostentaba Juan Trujillo Febles, no es "moco de pavo". Arriesgar su patrimonio y su vida personal y profesional ha sido todo un reto que asumió y que los aficionados no tenemos con qué agradecerle. Y esto sin contar el trabajo con la cantera, tres ascensos de Las Palmas Atlético, la llegada del filial C a la Tercera División, títulos provinciales y regionales, etc.
A Miguel Ángel lo conozco desde hace muchos años, desde que era solo un crío y venía a comprar al bazar de mi madre. Desde su infancia se le veía que era un niño que prometía, a pesar de que los estudios no le motivaban lo suficiente, él lo que quería era jugar al fútbol y estar en movimiento. Un niño kinestésico, con muchos talentos, aptitudes y habilidades que también son importantes para crecer y desarrollarse en plenitud, y que quizás nadie supo ver en la escuela del momento.
Miguel Ángel es un ser inteligente que se ha hecho a sí mismo y lo ha demostrado a lo largo de todos estos años, pero lo demostraba cuando pequeño buscándose la vida en el barrio cuidando coches en la puerta del pabellón a los jugadores o directivos del Claret de Baloncesto o incluso pasando la mopa. Y cito a Howard Gardner, un psicólogo muy reconocido, y conocido por su teoría de las inteligencias múltiples, que revolucionara el concepto de inteligencia definiendo el término a partir de tres grandes criterios o capacidades: capacidad de resolver problemas, capacidad de crear productos y potencial para encontrar o crear nuevos problemas.
Un hombre de barrio, y muy orgulloso de serlo, porque no hay entrevista en la que no saque a la luz sus orígenes de Tamaraceite, en la Calle San Juan de Ávila, cerquita del campo Juan Guedes y en el que pasaba horas y horas del día en vez de estar haciendo los deberes en casa, que muchas veces sirven de poca cosa.
Presi, me viene especialmente hoy a la cabeza la figura de un buen amigo común, Benjamín Saavedra, tu vecino y amigo. ¡Cómo hubiera disfrutado nuestro amigo Banjamín de esta victoria! A buen seguro que estuvo empujando desde el cielo para que la ilusión del pueblo canario, y la nuestra, chiquillos de un barrio humilde, de los que jugábamos en la calle a la pelota siempre soñábamos.
Pero los sueños se cumplen y esta afición no tiene con qué pagarle a Miguel Ángel Ramírez lo que ha hecho con este equipo, con esta ciudad y con esta isla. Me consta que hay muchas gestas por cumplirse porque a nuestro presi no le falta confianza, fe y esperanza en que se pueden hacer cosas importantes. Siempre desde la humildad y el sentido común. ¡Gracias presidente!
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