Tamaraceite qué pena de barrio
Por Esteban G. Santana Cabrera |
Estas fechas navideñas nos llenan de nostalgia de tiempos pasados que fueron duros por las penurias pero mejores en muchos sentidos. Me vienen al recuerdo imágenes de un Tamaraceite con una plaza repleta donde la gente se reunía, se encontraba. La gente estaba unida, los que tenían un “cachito” de tierra plantaban sus papas y los vecinos acudían prestos a la recogida por un saco de papas y un buen puchero. En la época en la que no existía el centro de salud, ibas a la casa de Don Aurelio o él venía a la nuestra por una simple gripe, que las había como las de ahora aunque no tuviera apellidos tipo A o COVID.
En Navidad el colegio Adán del Castillo era el centro cultural del barrio. Se hacían las grandes obras de teatro y musicales que serán siempre recordados por los que ya peinamos canas y de ahí salieron los belenes vivientes y las cabalgatas por las calles. Tengo un recuerdo maravilloso de 5º de Primaria cuando me gané el segundo premio de un concurso de postales y salir por aquel pasillo repleto de espectadores fue para mí un acontecimiento extraordinario, cual estrella de cine, que no he vuelto a vivir ni en grandes eventos, que en algunos he estado.
Yo escuchaba a los mayores decir que “cualquier tiempo pasado en Tamaraceite fue mejor” y desde mi juventud pensaba que eso no era posible, que lo que había en ese momento, el teléfono la televisión, la radio, el cine, etc.. no lo había antes y sinceramente no entendía por qué lo decían. Pero creo que ya lo estoy entendiendo, no se referían tanto a las cosas materiales sino al “alma” de las relaciones sociales de la época, de las buenas costumbres que se han ido perdiendo. Me sorprendió un señor en Madrid, en el Metro, cuando mi hijo se levantó para que él se sentara. El señor le dijo “gracias” pero no por cederle el sitio sino por no haber perdido las buenas costumbres de antaño. Nos comentaba que cogía el Metro de manera habitual y muy pocos jóvenes le cedían el asiento.
Y esto viene al hilo de lo que está ocurriendo en muchos barrios de nuestra ciudad y especialmente en Tamaraceite, donde ya la gente solo se preocupa de lo suyo y no hay interés en trabajar y mejorar por lo colectivo. Es muy fácil echarle la culpa a los políticos de turno, que la tienen en parte también, pero el estado de abandono en el que estamos sumidos en Tamaraceite, en buena parte es culpa nuestra, de los que aquí habitamos, y que conste que yo también entono el "mea culpa". Ya la gente no se mueve si no es por algo que le afecte a su propiedad o a su interés. Expresiones como “mientras no me toquen lo mío” las viví hace poco cuando nos movilizamos por salvar muchas viviendas de personas humildes en la Montañeta. Y mientras al vecino le iban a tirar la casa, ellos estaban sentados en su sillón como si con ellos no fuera. Y lo mismo ha pasado con las Charcas de San Lorenzo, un paraje natural catalogado como Paisaje Natural Protegido y que lo vemos deteriorarse poco a poco sin que los políticos de turno les importe un rábano. Eso sí, cuando nos movilizamos todo son palabras bonitas, promesas y muchas intenciones, pero al final nada de nada y terminan aburriendo hasta los propietarios de los estanques que los llenan por favorecer las reivindicaciones del pueblo.
En política está todo estudiado, dejar que la gente proteste, se revolucione, que saben ciertamente que tarde o temprano se cansará y como si nada hubiera pasado.
Y esto es lo que está ocurriendo en Tamaraceite en los últimos tiempos. Nos quejábamos porque no había una asociación fuerte y ahora que la hay parece que todo va igual que antes, y con esto no quiero decir que no se esté trabajando, ni quiero poner en entredicho su proyecto, sino lo que se ve, lo que el pueblo percibe es que cada vez vamos a peor.
No se ha hecho nada solo construir, construir y construir y hacer promesas por doquier, pero hacer no se ha hecho nada de nada. Tamaraceite se “cae a cachos”. Llevamos varios años que estamos soportando una gran presión poblacional y los servicios siguen siendo los mismos que hace treinta años. Con el peligro que tiene que somos más a repartirnos las citas en el centro de salud, las plazas del polideportivo o de la piscina, los parques infantiles, las salidas para ir a trabajar, etc, etc. No hay ni una triste cancha donde los niños puedan ir a jugar por las tardes a baloncesto o a fútbol sala en toda el área Tamaraceite-Lomo Los Frailes-La Galera- Piletas-La Suerte. Y no nos vengan con milongas de que vamos a tener unos campos de fútbol nuevos, cuando no lo van a poder disfrutar los niños del barrio porque será para los clubes federados de la ciudad. Bueno, eso si se inauguran alguna vez ya que el césped que colocaron a toda pastilla, ahora ha salido una normativa europea que hay que sustituirlo, algo que advertí hace unos meses en este mismo medio y ni caso, lo importante era la foto.
La sociedad de hoy no es la misma que la de hace unos años, e igual, aunque duro, tengamos lo que nos merecemos, pero aviso a navegantes, si no nos implicamos, si no nos movemos, van a pasar por encima de nuestra historia y de nuestro barrio cual apisonadora y del Tamaraceite de siempre no quedará ni el recuerdo.
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