Durante estos días hemos escuchado en diferentes medios de comunicación que se han celebrado distintas reuniones entre representantes sindicales y del Gobierno y las CCAA para acordar los servicios mínimos en los servicios públicos para evitar un caos. Muchas de estas reuniones acabaron poco menos que dándose la palmadita en la espalda sindicalistas y políticos. Dicen los sindicatos que va a ser un "pulso" para el Gobierno y el Gobierno prevé que será el "gran batacazo" de los sindicatos, donde habrá un antes y un después del 29 S. No dejan de tener todos su parte de razón, pero digo yo: ¿y por qué no se cuenta con el trabajador? ¿cómo saben los sindicatos si los trabajadores y trabajadoras van a secundar la huelga o no? ¿alguién se ha molestado en preguntarnos? Les aseguro que a mí nadie lo ha hecho. No se ha molestado el Gobierno en sondear las listas de afiliados sindicales de este país porque... ¿cuántos de los trabajadores y trabajadoras de este país están afiliados a un sindicato? Saben ustedes a qué conclusión he llegado tras todo este "pasteleo"? Pues que aquí lo de menos son los derechos de los trabajadores. Hay un interés "extremo" de los sindicatos en "mostrar" su "poder" ante la sociedad y pretender que sea un éxito a toda costa. Y a toda costa supone llegar a acuerdos con el Gobierno o con quien sea para que se "cumplan" los servicios mínimos y la gente "pueda" ir a la huelga y todo el mundo contento. No se va a arreglar nada con un día de movilización y no tratemos de justificar señores sindicalistas los deberes no realizados durante estos años. Porque cada uno tiene lo que se merece y el fin de los sindicatos es desgraciadamente crónica de una muerte anunciada máss que nos pese.
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