Algunas consideraciones acerca de un posible totalitarismo. Por Don Luis Gª Correa
La crisis de valores y la crisis económica nos puede llevar a un totalitarismo si no participamos. ¿Qué entiendo por un régimen totalitario? Un sistema donde el poder es absoluto, donde la libertad está seriamente restringida, y en el que suele concentrarse, en una sola persona, la totalidad de los poderes. ¿Por qué entiendo que se puede llegar a ese estado?
Por la mentira, la corrupción, y el pasotismo, que son los detonantes para este posible cambio.
Hoy vivo la mayor libertad que he tenido en mi vida, como también la tuve cuando estudiaba en Inglaterra en los años 50, pero nunca la he tenido tan coartada. Si a esta situación explosiva unimos una Justicia lenta, agresividad en el ambiente, falta de educación cívica, egoísmo exacerbado son ingredientes en los que puede florecer el totalitarismo.¿Qué otras razones? La falta de trabajo, el materialismo empresarial y la poca productividad del trabajador; la desunión de los empresarios y la de los empleados. Aquí vale aquel refrán de «a grandes males grandes remedios».Gracias a que en nuestra sociedad siempre ha habido un grupo de grancanarios amantes de su tierra y de sus gentes que estrujan sus mentes y se han unido para redactar un Manifiesto en defensa de nuestras necesidades y del que extraigo algunos puntos:
Que el Estatuto de Autonomía con su sistema electoral produce una gravísima perversión de la democracia en Canarias.
Que necesitamos un Nuevo Estatuto considerando la realidad física de que las Islas Canarias son un archipiélago en el que cada isla tiene características diferentes, tanto climáticas, geográficas y medioambientales.
Y que la actual autonomía reproduce un modelo de centralización provincial superada, causa y origen del pleito insular.
Ese manifiesto también dice que los intereses de partido han contribuido a que la solidaridad regional se haya quebrado. Cada vez se puede resolver menos asuntos sin la previa consulta a Tenerife.
¿Qué hacer? Participar, de forma honesta y decidida, en la vida familiar, empresarial y social.
No podemos sólo participar en política decidiendo con nuestro voto cada cuatro años, tenemos que tener, con nuestras distintas asociaciones, y de acuerdo a las posibilidades personales, un continuo contacto con los administradores de los sagrados bienes de la comunidad, con nuestros políticos.
En la medida en que participemos, en esa misma medida seremos capaces de alcanzar una solución. De nosotros depende.
Por la mentira, la corrupción, y el pasotismo, que son los detonantes para este posible cambio.
Hoy vivo la mayor libertad que he tenido en mi vida, como también la tuve cuando estudiaba en Inglaterra en los años 50, pero nunca la he tenido tan coartada. Si a esta situación explosiva unimos una Justicia lenta, agresividad en el ambiente, falta de educación cívica, egoísmo exacerbado son ingredientes en los que puede florecer el totalitarismo.¿Qué otras razones? La falta de trabajo, el materialismo empresarial y la poca productividad del trabajador; la desunión de los empresarios y la de los empleados. Aquí vale aquel refrán de «a grandes males grandes remedios».Gracias a que en nuestra sociedad siempre ha habido un grupo de grancanarios amantes de su tierra y de sus gentes que estrujan sus mentes y se han unido para redactar un Manifiesto en defensa de nuestras necesidades y del que extraigo algunos puntos:
Que el Estatuto de Autonomía con su sistema electoral produce una gravísima perversión de la democracia en Canarias.
Que necesitamos un Nuevo Estatuto considerando la realidad física de que las Islas Canarias son un archipiélago en el que cada isla tiene características diferentes, tanto climáticas, geográficas y medioambientales.
Y que la actual autonomía reproduce un modelo de centralización provincial superada, causa y origen del pleito insular.
Ese manifiesto también dice que los intereses de partido han contribuido a que la solidaridad regional se haya quebrado. Cada vez se puede resolver menos asuntos sin la previa consulta a Tenerife.
¿Qué hacer? Participar, de forma honesta y decidida, en la vida familiar, empresarial y social.
No podemos sólo participar en política decidiendo con nuestro voto cada cuatro años, tenemos que tener, con nuestras distintas asociaciones, y de acuerdo a las posibilidades personales, un continuo contacto con los administradores de los sagrados bienes de la comunidad, con nuestros políticos.
En la medida en que participemos, en esa misma medida seremos capaces de alcanzar una solución. De nosotros depende.
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