Rotondas
´Por: Sergio Naranjo |
El amigo Esteban sugería remozar la rotonda de la gasolinera “de Ramón”, y yo le anoté que me apuntaba a la idea, dado el estado deprimente de toda aquella zona. Cualquiera que tenga más de cuarenta años recordará que todo aquel tramo que va desde las Casas de Pico hasta La Mayordomía era la antesala del paraíso. Y verlo ahora en el estado en que se encuentra resulta repulsivo. A lo más que se llegó, en su momento, fue a la idea de urbanizar todo aquello, creando hoteles y unos cuantos campos de golf para que los amiguetes del césar Soria ganaran dinero. Siempre césped, ese carísimo elemento que, oh casualidad, no resulta nada ecológico. Era aquello de “Las charcas de San Lorenzo”, ¿se acuerdan?
Pues como aquello no siguió para delante, allí se quedó, en la más absoluta ruina, mientras al otro lado de la carretera siguen los del otro lado de la ¿política?, esperando su turno para destrozar definitivamente cualquier atisbo de belleza en Tamaraceite. Preguntada por una posible reforestación del lugar, la excelentísima señora diputada a Cortes, jefa del área de distritos del Ayuntamiento y Concejal del Distrito de Tamaraceite, Guerra, doña Carmen, Dios le guarde el pico de oro, que de la cartera se encarga ella sola, dijo que “todos añoramos aquellas hermosas imágenes del pasado, pero por desgracia la vida discurre hacia delante y no podemos volver atrás.” ¡Diantre! Debe ser que para la señora concejal en jefa, reforestar es igual a volver al siglo XV. Uno, humildemente, preguntaba si se podía embellecer el paisaje con unas palmeras, acebuches, dragos, caminos de piedra y alguna glorieta al modo de parque para pasar el rato, pasear y lucir bonito.
Menos mal que al menos de la rotonda de entrada a Lomo los Frailes sí se ocupan y aquello ofrece una vista grata, y más dentro de unos meses, cuando la planten de flores de pascua, al menos hasta que lleguen los ladrones y las roben. En esto me pregunto qué tendrá que ver lo que acabo de decir con lo que venía diciendo, pero he caído en la cuenta del dicho que siempre se cumple, ley no escrita de la administración pública en Canarias: Se empieza hablando de rotondas y se acaba hablando de ladrones.
Pues como aquello no siguió para delante, allí se quedó, en la más absoluta ruina, mientras al otro lado de la carretera siguen los del otro lado de la ¿política?, esperando su turno para destrozar definitivamente cualquier atisbo de belleza en Tamaraceite. Preguntada por una posible reforestación del lugar, la excelentísima señora diputada a Cortes, jefa del área de distritos del Ayuntamiento y Concejal del Distrito de Tamaraceite, Guerra, doña Carmen, Dios le guarde el pico de oro, que de la cartera se encarga ella sola, dijo que “todos añoramos aquellas hermosas imágenes del pasado, pero por desgracia la vida discurre hacia delante y no podemos volver atrás.” ¡Diantre! Debe ser que para la señora concejal en jefa, reforestar es igual a volver al siglo XV. Uno, humildemente, preguntaba si se podía embellecer el paisaje con unas palmeras, acebuches, dragos, caminos de piedra y alguna glorieta al modo de parque para pasar el rato, pasear y lucir bonito.
Menos mal que al menos de la rotonda de entrada a Lomo los Frailes sí se ocupan y aquello ofrece una vista grata, y más dentro de unos meses, cuando la planten de flores de pascua, al menos hasta que lleguen los ladrones y las roben. En esto me pregunto qué tendrá que ver lo que acabo de decir con lo que venía diciendo, pero he caído en la cuenta del dicho que siempre se cumple, ley no escrita de la administración pública en Canarias: Se empieza hablando de rotondas y se acaba hablando de ladrones.
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