Felicitar y qué desear para el próximo año.
Por: Luis C. García Correa y Gómez |
Ya hemos vivido un año más y ¿qué esperamos del próximo? Yo, al menos, ser mejor persona, ser mejor cristiano.
¿De qué me arrepiento en este año que ha pasado?
Lo mismo, pero al revés: me arrepiento de no haber sido buena persona, de no haber sido buen cristiano en todo lo que debía.
¿Qué me propongo? Ser mejor, sin lugar a dudas, ser mejor.
¿Cómo? Muy fácil: con la ayuda de Padre Dios, con la ayuda de todos ustedes y con mi esfuerzo.
Pero hay algo que si tengo que añadir, y decirlo de la forma más elocuente y notoria posible, y es:
“a todos, muchas gracias por haberme ayudado a intentar ser mejor persona, a ser libre y a ser feliz. Muchas Gracias y que Padre Dios les bendiga por ese enorme beneficio que me han hecho”.
Hechas las manifestaciones y deseos personales, ahora entremos en qué entiendo y creo deberíamos desear y hacer para el próximo año 2012.
Hay tres comportamientos que considero importante intentar vivirlos plenamente el próximo año: ser honestos, ser participativos y ser libres.
Cualquiera de ellos hace y contribuyen a la felicidad personal y ajena.
Una vez más volvemos a repetir: los seres humanos hemos nacido para ser felices, y no desgraciados.
Por supuesto, la felicidad es algo que se tiene cuando se comparte, no se vive en solitario.
Por eso, y muchas más razones, se necesita la participación.
De la misma manera, una de las aptitudes que conducen a la infelicidad es el egoísmo. Es decir: lo contrario a la participación.
No cabe la menor duda que predicar es una cosa, y dar pan es otra.
Y esto lo digo por mí mismo. ¿Soy consecuente con lo que digo? O ¿pretendo que los demás hagan lo que yo no hago?
Espero que mis actos sean acordes a mis palabras, de lo contrario seré una persona sumamente infeliz. Y yo quiero ser feliz, sin lugar a dudas. ¿Quién no?
Por supuesto, lo que estoy diciendo no pretende que seamos santos de altar, que seamos una perfección. Aunque eso es lo que quisiera ser, aún no lo he conseguido, pero sigo en el intento.
Pues mi deseo para el próximo año lo resumo así:
“QUE TODOS NOS ESFORCEMOS EN SER MEJORES PERSONAS, EN SER BUENAS PERSONAS CONSECUENTES CON NUESTRAS CREENCIAS, ASÍ SEREMOS LIBRES Y FELICES Y CONTRIBUIREMOS A LA FELICIDAD DE LOS DEMÁS”.
Para ello y como creyentes, se lo pedimos a Padre Dios y a la Santísima Virgen del Pino para que todos seamos mejores personas y esa bondad se reparte por el mundo, el cercano como el lejano, y así consigamos que la felicidad sea el estado natural de todos nosotros.
Como siempre: de nosotros depende en gran medida.
Muchísimas felicidades en esta Navidad.
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