Recuerdos de Navidad


Por: sergio Naranjo
Aquel año funesto se cerró con la muerte de mis abuelos de Lo Blanco, muy seguidos ambos, y muy cerca de Pascuas, de manera que cuando llegó la hora de hacer la obra de Navidad, yo estaba formalmente de luto y sin ganas para andar con aquella algarabía. Pero a última hora nuestro San José se dio de baja y echando mano de recursos dieron conmigo y mi triste figura.
Mi prima Elsa le destrozó a su ma ...dre una almohada de lana para confeccionar las barbas, que después me pegó a la cara con Bunitex, cosa que me tuvo sacando bolillas de caucho hasta febrero y dejó tres lamparones donde nunca ha crecido la barba en mi cara. Me pusieron un traje de hábito de Amparito, de color marrón, y como me llegaba a mitad de los muslos, el pantalón que se ponía mi tío Pepe para pintar, de color negro. Unas sandalias de mi tío Jorge, una caña florecida con una escala y ya estaba presentable. A mi madre la convenció don Santiago Rodríguez con una admonición en la que la libraba de todo pecado, pues no me estaba saltando el luto en representar a tan hermoso personaje, que era cosa muy seria.
No sé cómo se mide esa seriedad, pero en el momento del Gloria, al desplegar la cortina, las risas se oyeron claritas del Llano María Rivera hasta Siete Puertas. Yo creo que más bien por el efecto que me hicieron los efluvios del pegamento que porque tuviera arte sobre un escenario, aguanté el tipo estoicamente y aquella Nochebuena de 1978 nació Jesús en La Milagrosa con la mayor dignidad posible.
El solemne cuadro se abría con un Niño que era una niña de Guadalupe y Alfredo; mi prima Nuria fue una Virgen tan bella que eclipsó a veces a la Patrona; Araceli siempre fue un Ángel de belleza celestial. Y se cerraba el cuadro con aquel pobre San José, que se parecía más a la sota de bastos de la baraja de Cho Juáa.

Comentarios

Eva Mª ha dicho que…
¡Cuánto me ha gustado tu historia Sergio! y del Bunitex ¡ni te cuento!
Lo importante es que tienes esta bonita historia que contar y el papel que hiciste...
¡Si yo te contára! En una obra de teatro que se hizo en la UPE yo elegí el papel de muerta porque así no tenía que decir nada ¡No sabes como se complicó aquello! Inmóvil, el sudor frío corriendo a raudales por debajo de mi pelo y mi cuello, una de "mis hijas" en la obra, mientras se daba aire con su abanico, dismuladamente me daba aire a mi, la cosa se complicó aun más ya que según una enfermera que actuaba con nosotr@s había sido una "catarsis", así que luego vino "el resucitar" y yo que había elegido aquel honroso papel para pasar desapercibida ¡Tengo que "resucitar" en medio de tanta gente! Y ahí ya casi me da algo, jajaja.
¿Teatro? ¡Nunca más!

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