José Juan Mújica, un narrador nato
Por: José Manuel Balbuena Castellano La Provincia |
José Juan Mújica Villegas forma parte de un grupo de personas de Tamaraceite preocupadas y ocupadas, desde sus tiempos más juveniles en promover la cultura, entre los que se encuentran su primo, el poeta Antonio Arencibia Villegas, o el pintor Jesús Arencibia, con el que su familia tenía buenos lazos de amistad y aprecio.
La vocación literaria de José Juan Mújica creo que se gestó debido a ese entorno cultural que le rodeaba. De esas vibraciones, tan acordes con su actividad, que alumbraron, sin duda, su decisión de dedicarse a escribir. Dentro de la dinámica en torno al arte y la cultura no olviden tampoco a Juan Alberto Díaz, que ha convertido las artes plásticas en su profesión, y hoy en día es un artista consagrado, que ha realizado diversas exposiciones y recibido el reconocimiento de la crítica y del público. Precisamente, la portada de esta novela es obra suya.
José Juan Mújica, como saben los que han seguido su trayectoria como escritor, no es un novato en estas lides. Desde joven se dedicó a todo lo relacionado con la actividad literaria. Trabajó en relatos cortos, poesía, pensamiento, grupos de teatro, y su pasión por la música, especialmente la clásica, en la que coincidimos, hasta que decidió dar el salto hacia los grandes relatos, a la novela. Su primera obra fue El hechizo de la mosca tse-tse editada en el 2005. Después le siguieron otras creaciones, como El duende y la sonrisa; Leyendas apócrifas de San Tamarenzo; ¿Qué piensa la eternidad? y este año, Cuando el cielo no olvida. Entre sus obras poéticas figuran: Canto a Lucía (Poemas de amor en la distancia) o La vida es cuento.
La narrativa es un arte, y aquí José Juan pone en juego la imaginación y utiliza hábilmente el recurso de la palabra, el dominio del lenguaje y del léxico castellano para hilvanar sus historias. En esta última obra, Cuando el cielo no olvida, le hace además un honor a la isla de Gran Canaria al incluirla como uno de los escenario de un argumento en el que se ven involucrados tres adolescentes procedentes de distintos países de Europa que llegan a esta isla en los años 70 y que casualmente se conocen aquí. Un triángulo cuyos tres vértices son Viena, París y un lugar rural del condado de Carlow, en la provincia irlandesa de Leinster. Bueno, yo diría más bien un cuadrilátero, ya que Gran Canaria se convierte en el cuarto vértice donde confluyen los protagonistas en determinados momentos del relato. Recurre a presentar diversos flashes de la vida de cada cual. Unas veces en el pasado, otras en los momentos más recientes de la acción. Diferentes caminos, diferentes historias que, en algún momento, tienen un nexo común. Tres vidas, tres destinos que evolucionan y maduran con el natural paso del tiempo y de sus experiencias vitales y que tienen pendiente una cita pactada en sus primeras vacaciones en Gran Canaria, que se verán obligados a cumplir diez años más tarde.
Llama la atención en la narrativa de Mújica Villegas la minuciosa descripción que realiza de los lugares y de los hechos, utilizando un lenguaje y unos matices, que hacen más comprensible y amena la historia. No usa expresiones rebuscadas y huye siempre de las vulgaridades, que en muchos relatos se emplean hoy en día, como signo de "modernidad", o desinhibición, o con intención de darle más fuerza a los argumentos y exposiciones.
Mi opinión es que nunca, en los relatos, se deben perder las formas, incluso en las narraciones más escabrosas o violentas. Ni siquiera como apoyo para afianzar la libertad de expresión, que en algunos casos y en determinados medios informativos, se convierte hoy en día, en una especie de "libertinaje de expresión", de muy mal gusto, donde parece que todo vale.
José Juan describe en Cuando el cielo no olvida los detalles a la perfección, como un observador minucioso al que no se le escapa lo que considera importante. Y no pierde los papeles, ni la compostura. Elimina lo superfluo, lo innecesario, lo abigarrado, para evitar el cansancio del lector e inducirle a que se interese por los capítulos venideros.
Es bueno que uno se interese por lo que crean nuestros destacados paisanos y, bajo mi punto de vista, creo que vale la pena adentrarse en el mundo de la imaginación y la fantasía creado por Pepe Juan Mújica. En Canarias hemos tenido y tenemos, buenos escritores, que también necesitan que sean valorados, motivados y reconocidos. Guardemos un huequito para aquellos novelistas, poetas, dramaturgos que han nacido en esta tierra y que los libreros canarios deberían exponer en sus escaparates y no esconderlos, como si no existieran.
Mújica, como señala su editor, muestra en su reciente obra, "notas de canto a la isla de Gran Canaria, a su paisaje, a sus gentes, y una forma de vivir la vida más allá de las fronteras determinadas tan solo por lo cotidiano".
En ese escenario -añade- el destino de tres personas se verá marcado inexorablemente. La amnesia se convierte en el hilo conductor del argumento en donde, sin renunciar a los postulados más elementales de la condición humana, emergen pasiones con una carencia casi idílica. Se salta de París a los hermosos paisajes irlandeses; de la espera, al reencuentro de la adolescencia, a la juventud madura; de los sueños a la realidad más perentorias; del amor al sexo, y de la vida a la muerte...". "Es vertiginosa la imaginación con la que nuestro autor reviste a sus personajes, inscritos en las coordenadas de la aventura. El apunte de la trama desvela lo que encierran los recuerdos sin memoria: una paradoja hermosa y enigmática que, en este relato, sólo Gran Canaria y su cielo no olvidan".
Comentarios
Mujica tiene seis realidades publicadas, como tarde las tendrá hijo que sea de Tamaraceite.
No es deshonroso, ni infame, vil tampoco; pero sí es continuo golpe bajo poner incesantemente de referencia, como sumo sabedor, a Antonio Arencibia (“por ser el único de la familia que se le presume literato”). Siendo su saber superior, universitario, pero, sus talentos no tienen punto de comparación con los de Mujica; que le vienen de los primeros pobladores que tuvo el Real de Las Palmas y aledaños. Si realizaciones cristalizaciones llegadas demostraciones, etc. es lo que valen y significan, Mujica debería ser el tamaraceiteño que más dure su nombre hasta el olvido. ¡Y por favor! Si van a seguir haciendo comparaciones con Mujica busquen escritores de fuera; que los de aquí que no han sido, (escritores) pero se lo han creído. Zapatillas rusas son, al pie de Mujica desplegando la yuxtaposición, ejerciendo la comparación. Esa plaza (literaria) hasta su llegada, fue parámetro desierto.
Antonio Domínguez.
Suelo seguir los artículos que escribes, y sin lugar a dudas este ha sido el que más me ha gustado.