Otro para Mujica (2)
Por Antonio Domínguez |
HAY MILES DE FORMAS ACCESIBLES
PARA PODER MENTIR. SIN EMBARGO SÓLO UNA PARA DECIR LA VERDAD. LA MENTIRA TIENE
ATISBOS DE INTERPRETACIÓN TEATRAL. LA VERDAD CARECE DE DOTES INTERPRETATIVAS.
(Aforismo de: J. J. Mujica).
Desdoblando la esencia de lo que
está arriba, solo un poquito y dejándola aún bastante comprimida porque no se
puede uno lanzar desde un solo punto de vista, al trapo, a desarmar toda la
estructura al completo del siempre intrincado aforístico; sin estudiar antes
las consecuencias del ¡mundo! Que pueda encerrar la más mínima coma…
procedamos. Sólidos sabedores, eso sí, que ya se ha dicho todo de todo y que no
hay nada nuevo bajo el sol.
La filosofía consiste en apurar el lenguaje
hasta donde cada cual pueda, pero, y es primordial, haciéndose entender por el
que entienda. Nadie que escriba está obligado a ser entendido si no está
captando adeptos para ir al cielo en viaje turístico, en guagua. Los lenguajes
de amplio espectro llegan a todos y a ninguno. Al servir solo pa´ aborregar y ampliar ganado no valen para nada concreto
que no sea de masas. Las masas siempre fueron viles y serviles, lo digo porque
en esto de la intelectualidad, no se crea uno enemistades, ni se deja a nadie
sin comer siendo claro, sino que se forja un respeto medroso. Cuanto más
cuidadoso se es se tiene más no enemigos –eso sin duda-, pero, más servil se es
al universal desastre; al descerebramiento del mundo a la velocidad de balones
de reglamento proyectados a la patada sucia.
En la vía ancha, muy ancha;
camino que va al mentir, hay montones de transportistas proponiéndose al grito
como en feria. Pregonan un viaje feliz y fructífero. Entre los transportadores
se encuentra la telepatía (¿A qué viene
esto?... ¡Ya se verá!), vieja conocida, a veces negada su existencia, otras, ponderada su incontestable trascendencia. ¿Es
sin embargo –la telepatía- un reducto
cerebral donde se encuentra, además, todo lo perteneciente a la intuición? Digo
desde ya que, al no poder ser perfectamente asociado y menos concienciado al
total lo intuitivo-telepático y no ser ambas cosas estatuidas para que se les
pueda ver el lado veraz, le ponemos por ello en la galaxia en la que todo es
mentira directa u oblicua, que me conformo.
También la paranormalidad
mixturada con el milagro será mentira hasta que llegue el único milagro,
segundo o siguiente (si es que el primer milagro es milagro), que demuestre de
milagro que los milagros existen y que la verdad es un milagro que se da de manganilla y la
realidad es mentira de engañadores y memez de los engañados, que, a su vez como
de talento carecen, engañan aunque sea a su novia, sin que sea en ninguna otra
materia –engañada la novia- que estar el novio con otra mujer (“no hay talento”
para otros engaños).
No se ha producido nunca en el milagro del mundo
una porcentualidad de verdad culmen de sabiduría de los dioses; porque había de
ser verdad que somos a igualdad imagen y semejanza (que eso, como todo es
mentira) para poder comprender semejante complejidad de asunto. Es por lo que,
“habiendo procedido de lanada y habiendo alcanzado las más altas cotas de la
miseria” no podemos ya de entrada estar en ninguna verdad, ni siquiera en un
sueño o, quimera…; no digo en el limbo de la nada; digo más, no vivimos,
subsistimos en la gran mentira que es toda verdad. ¡Si no llega un milagro que
confirme aumentativamente el milagro pretendido, sigue siendo mentira el
milagro!
No necesariamente, pero sí
probablemente, en la mentira a lo grande están las religiones en primer lugar
(por el daño psicológico que hacen a pobres diablos) y luego serían las sectas
y luego las quiromancias, buenaventuras, adivinaciones, augurios, vaticinios,
supersticiones en fin. Cartomancias,
profecías, predicciones. Numerologías. Omitimos políticas, creencias en la
tabaiba canaria y finanzas de carnavales que, aunque sé que es donde está la
grandiosa hidra-mentira, de las mil y una cabezas, no tengo idea de cómo se las
arreglan por no haber estado nunca en
conocimiento ninguno de cómo son sus acuerdos para mentir. ¡No he estado
nunca en consejos de gobierno para manipular al mundo! Mis mentirijillas al respecto no llegan nunca
a pecado mortal ¡¡menos mal!!
Por el hecho de que no hay nada
que sea en absoluto, hay una mentira buena, que es: “mentir cuando la verdad
por hacer bien se oculta”. En cuanto al conglomerado aforístico dice que “hay
accesos miles” (yo diría millones) a la
más grande galaxia: la mentira. En lo de “atisbos para mentir”, yo aseguro, que
María Guerrero se quedaría chica teatralmente,- escenificando la mentira-,
frente a la mentira; aun extraordinariamente
interpretada, alcanza solo la suciedad que alcanza; como así mismo el
pintor no puede sobrepasar interpretativamente la belleza de una flor.
Hemos de conformarnos con todo lo
que sean mentiras incruentas, que no arrastren honras ni honores, ni dilapiden
carteras (en nuestro caso bolsillos). La bromilla pesada es pecado que en
nuestro pueblo, la mayoría de las veces ha sido perdonado “al minuto”. De no
haber sido así, nadie tendría un solo amigo ¡y no exagero! Digo al mismo
tiempo: ¡que no se crean superiores a nosotros en este sentido, en ningún otro
lugar del mundo! ¡Las mataperrearías, que son equivocaciones –mentiras-
momentáneas; más bien de ocurrencia instantánea, se le pueden atribuir al santo
más bendito!
Llegado aquí ¿tú crees que hasta
me asusta este decir tuyo Pepe? ¿Te das cuenta cuanta facilidad en este mundo
para el ejercicio de la gran mentira, además de la pequeña nuestra (chapuza),
sin importancia? ¿No crees que debería ¿alguien? Aconsejar a la verdad a que
estudie artes escénicas, para que interprete a la mentira la verdad, cuando la
vayan a apalear por verdadera? Yo creo mucho en hechos consumados, y en este
caso, intuyo que la verdad, de algo en su defensa se ha pertrechado. Mas,
cuando del gran Espronceda podemos copiar lo que dijo, máximamente porque ya no
se puede enfadar: ”TODO ES MENTIRA LO QUE EL MUNDO ENCIERRA que el niño no
conoce, por su bien; entonces la niñez sus ojos cierra, y un tiempo a mi me los
cerró también. En aquel tiempo el maternal cariño como un edén el mundo me
pintó”
Espronceda ya totalmente
asqueado, se dirigió a su madre por ni se sabe el número de veces: “¡dejemos
que prosigan engañando los hombres y mujeres a la par; de nuestro amor sigamos
disfrutando, en sus engaños madre, sin pensar!”
Muy ramplona, cerril y
rústicamente se puede decir que el que no come se muere; esa es una de las
grandes verdades demostradas. Luego se puede decir con propiedad que el mundo
es lo que ya dijera Espronceda; hasta el día que no muera un solo ser humano de
hambre; para solo poder empezar a hablar de todo lo demás en exacta aciaga
circunstancia.
Da todo de sí la mentira y mucho
más las actitudes mentirosas sin necesidad de mentir tal cual. Las que se
dedican a acordar con la mirada y utilizando con cerebralidad fascinante las
oportunas omisiones. Te saludo ya y lo dejo porque lo lea alguno más que tú, a
eso aspiro yo, y no lo sé, pero, intuyo que también tú.
Antonio Domínguez.
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