Recibir honores en vida
Por Luis C. García Correa |
Benditos sean los que conceden honores en vida. Son merecedores de admiración, respeto y máxima consideración.
Los honores en vida elevan la responsabilidad más allá de la educación recibida.
El homenajeado se convierte en un eterno deudor por el reconocimiento recibido.
Los dadores de honores en vida son un ejemplo a imitar.
Nacimos para mejorar y ser buenos hasta la santidad.
¡Quienes reparten honores en vida reparten santidad!
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