La Justicia y la Caridad
Por Luis C. García Correa y Gómez |
La sola justicia no resuelve los problemas.
Se puede llegar a una buena distribución de la riqueza con una armoniosa participación personal y social, y no habrán desaparecido la enfermedad, la soledad o la muerte de un ser querido.
La justicia necesita de la misericordia.
La estricta justicia legal puede llevar a la negación de sí misma, por eso necesita del amor. Un ejemplo puede ser que la justicia oficial apruebe un sistema que oprima, en especial a los de siempre, a los más débiles.
La justicia, la caridad y la misericordia se necesitan.
Hacer justica a secas deja el rescoldo del sentimiento de herido. Se queda uno sentido y herido.
La dignidad del ser humano exige mucho más.
La caridad se complementa con la justicia para ser verdadera caridad.
Ejemplo: creerse caritativo porque uno da de lo que le sobra, cuando es patente la obligación de justicia de dar más.
Vivir la justicia y la caridad con honestidad nos llevaría a ese mundo que aún nos está esperando y que necesitamos.
“Las injusticias seguirán existiendo hasta tanto no haya justicia con caridad”.
¿De quién o de quienes dependen que se haga justicia con caridad? De usted, de mi, y de la mayoría de la sociedad.
Es siempre lo mismo: “hasta tanto no haya una mayoría honesta y participativa, las minorías poderosas dominan, y el mal prevalece como consecuencia”.
La justicia y la caridad la tenemos que vivir todos para tener felicidad y libertad. Lo contrario es lo que ahora vivimos.
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