Hay asuntos que enervan e incluso asombran
Por Antonio Domínguez Herrera |
No
ve uno las maneras de meter mano a reliquias, sin que el que lea
entienda en la vertiente (de qué vertiente se trata) en que se
afronta casi cualquier asunto y menos tratándose como se trata de
los más delicados asuntos.
Yo a
pesar de estar intentando bien masajear para clavar la dolorosa
inyección; voy a hablar de la catedral de Las palmas ante un pueblo
chovinista y entregado como la devoción rociera. No voy a decir del
saludable y envidiable recogimiento y respeto y religiosidad de sus
parroquianos; ello se da aquí como se pueda dar en el sitio de más
veneración del mundo. Siempre tuvo nuestra catedral obispos
eminentes y universales; destacando PILDAIN, que le negó a Paco
Franco la entrada en la casa de Dios catedral. Cuando el chico del
Ferrol se dirigió a Teror para quitar hierro y llevaba en la plaza
media hora diciendo que no se marchaba sin ver a tan milagrosa
virgen. Monseñor Socorro agarrado al teléfono y lloriqueando, le
impelía al obispo: señor pero que hago ¡¡no se quiere ir!! Hasta
que al fin el señor obispo le dijo: déjalo entrar, sin coros ni
órgano ni honres ningunos: déjalo entrar como una oveja más. Esta
batallita también sucedió antes de yo nacer y la oí bastante más
tarde en la casa de la cultura (barbería) 1832 veces: de
trascripción oral, por lo que se hace necesario y capital aquí el
presuntamente.
Entiéndase
todo lo anterior como devenido y que señalo para que se vea mi
respeto al credo y mi mayor consideración a cofradías, mayordomos y
a cuanto ente religioso.
Ya
hablando de sus muros porque no tiene alma la piedra que forma la
catedral; igualmente que tampoco la que forma el domicilio, queda lo
material, ajeno a lo espiritual que allí dentro ocurre (que tampoco
se nota ni se siente vivir el espíritu; sin embargo ocurre por sí
mismo cuando confluyen “los factores” que le caracterizan). Me
siento mal cuando veo a los lameculos de siempre vendiendo como vello
monumento una obra inacabada que no va mucho más allá de un gran
almacén en puerto de Liverpool; tengamos en cuenta que se ha dicho
de sacros lugares y que de piedras nada se dijo. Quiero mi catedral
por lo que representa pero la quiero terminada ¡¡YA!!
No
hay por donde coger su arquitectura, la cual no radiografiaré, solo
decir de la esfera del reloj instalado en lo alto de una ventana y un
montón de asimetrías, que tan lejos no están para el que quiera
comprobarlas en su sitio. Como Gran Canario opino que se debe
terminar la catedral. La azotea donde están las torres campanario y
la hornacina debe quedar limpia para de allí para arriba dar
magnificencia; aprovechar el solar yuxtapuesto para levantar tremenda
torre con filigranas en piedra, con aires de la de Arucas. No sirve
arquitecto de ahora. Hay que buscar un anciano que no este
inhabilitado y que sea experto en construcciones clásicas. Buscar a
ese genio en el mundo entero también ayudaría.
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