Desarrollar una idea
Por Luis C. García Correa |
Todos tenemos la ineludible obligación de contribuir al bien de los demás, y una forma es exponer nuestras ideas deseando ayudar.
Desarrollar una idea resulta difícil y complicado. Pero no rehúso mi obligación de exponer y desarrollar las ideas para discutir y encontrar la verdad. Ello me obliga y me mueve a escribir.
Todo lo que escribo está, por supuesto, sujeto a la crítica, y a la ayuda de los demás, para mejorarlo.
Antes de escribir -como creyente- rezo un Padre Nuestro, y les puedo garantizar y confirmar que recibo ayuda.
Yo lo fundamento en la ayuda, que a todos nos da, el Espíritu Santo.
Se sea creyente o no.
Se sea creyente o no.
Desarrollar una idea compleja o teoría empírica fundamentada en la ciencia experimental lo considero fuera de mis posibilidades.
Describir mis experiencias y creencias me resulta relativamente fácil y posible. Que es lo que hago.
No quisiera ser teórico, sino práctico. Hago lo que puedo, y lo que puedo es ser práctico.
Quisiera que lo que escribo sirva para convertirlo en realidad, en la vida diaria, cotidiana de todos.
“¡Mis escritos van dirigidos a todas y a todos, y con el único fin de ayudar. Por eso siempre pido la ayuda de los demás, para confirmar, mejorar, corregir errores!”
Las aportaciones de los demás enriquecen y aclaran el tema tratado.
“¡Trato de decir y exponer aquello que es viable realizar. Aquello que podemos, y hasta debemos, hacer para sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás!”
“¡Trato de decir y exponer aquello que es viable realizar. Aquello que podemos, y hasta debemos, hacer para sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás!”
Me siento un ser humano social, y como tal tenemos y tengo que compartir con honestidad aquello que nos pueda ayudar.
Deseo y espero no equivocarme. Son vivencias y creencias personales en las que no basta la buena voluntad, se necesita decir la verdad de lo vivido y compartido.
“¡La verdad es única, pero hay matices que la pueden desvirtuar y hasta mejorar o empeorar!”
“¡Todos debemos exponer nuestras ideas con honestidad!”
La honestidad ayuda a cometer menos errores. Aunque no olvidemos que uno se puede equivocar de buena fe y con honestidad. Para ello hay una clara solución: corregir y pedir perdón.
“¡Ruego, y pido que me perdonen en mi insistencia de recibir la ayuda de ustedes, que enriquecen los temas y les dan contenido y valor!”
“¡Desarrollar una idea no es fácil, pero no deja de ser una obligación personal y social, para tratar de ayudar a los demás!”
Esta antiquísima oración que los cristianos dicen en Pentecostés nos puede ayudar a tener ideas prácticas, desarrollarlas y ponerlas por obra. "¡Ven oh Santo Espíritu! Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de Tu Amor. Envía tu Espíritu y serán creados. Y renovarás la faz de la tierra".
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