Bajo los efectos del gofio amasado y....

Por Antonio Domínguez
Si alguien quiere enterarse de algo; que no espere oírlo de la muda docticidad de cara mustia, pálida y que apunta hacia los tintes cadavéricos. Todo se sabe en la esfera que es y representa el gran público; por el hurgar de la atrevida, arrojada ignorancia, más, equivocaciones de periodistas y de políticos. Ejemplo: jamás sabremos el porque exacto, no somos dueños de nuestras aguas si no se le va la olla a periodistas que cobran por su silencio o a un docto llegado a la senilidad que le de por decir algo a la masa. ¡Decir algo a las masas!, ¡¡que tragedia!!. O un político para defenestrar a su propio partido porque le van a mandar a casa. Cuando los riesgos son evidentes, la arrojada, atrevida ignorancia también se calla por salud. El arrojo se para en la quietud de la calma chicha; el atrevimiento queda en bella gata siamesa. La ignorancia se hace inteligencia astuta ¡¡amigo!!, ¡cualquiera! Se enfrenta a asuntos merodeadores de presidio, con abogado de oficio.
Aquí a diferencia de Vargas Llosa y homónimos que hacen prisioneros de sus textos a sus lectores sin darles descanso para que respiren; (eso es lo que suponemos; no les hemos leído ni leeremos jamás, mientras nos quede un solo clásico con la necesidad de ser retomado) lo que pretendemos es que el lector se distraiga mucho y no tenga que comerse el texto al completo (comérselo se lo ha de comer si quiere saber lo que está en él). Percátense que no pretendemos que tan solo un párrafo excite o extasíe: ahora bien, si lo deseamos. Aquí al igual que nos entretenemos y lo pasamos bien escribiendo (ello no es un trabajo, huelga decirlo) deseamos que lo pasen bien algunos de los que lean aquí. Todos es imposible, y menos los escritorzuelos vocingleros sin talento alguno, que por descontado tienen celos a su sombra y a cuanto se pronuncie. No importa que se pronuncie en términos cuarenta veces inferiores a los de ellos; las celo-repelencias en ese terreno son el lugar de convalecencia de esas pestes.
Disquisición pormenorizada que dura –a veces- años y años.
 Mientras un listo “equis” está mal empleado tomando cubalibres; que si se le llevara al laboratorio previa explicación de rudimentos solucionaría la incógnita de sopetón. En este sentido todos hemos nacido por el mismo sitio, todos cabezas de los que decidieron conocer lenguas y culturas ajenas, les aboca a desconocer las suyas propias de manera colosal. Antemano). Las habilidades para moverse con la gente y su tenencia de visión no son inmediatas como se pretende; sino mediatas de la realidad de su conocimiento; que le dispara consumos iguales haciendo una valoración generalista. Vamos viendo que separar listos de inteligentes es un disparate. A la condición de listo se llega por circunstancias y a la de inteligente también. La cultura enriquece al listo y ¡no le hace inteligente! por la razón que se decidió por conocimientos picarescos. Al inteligente si es que tiene formación universitaria, la cultura, los idiomas, tocar el piano, etc. Solo le llenarán el conocimiento de datos que le perderán confundido; porque el saber como hemos dicho ocupa lugar y cuando la voluntad quiere echar algo para afuera se le arman unos líos de mil cosas mezcladas; donde no hay lugar físico para formar militarmente; para que la voluntad pueda mandar “soldados” a unos cometidos unos y a otros, otros. El cacao en tendencia psicológica a serlo. Como todo es conocimiento debemos suponer que el listo ha venido. El ser listo es un hecho (en el que lo es) pero no por el hecho de ser listo sino por su almacenando –durante su vida- conocimientos que tienen que ver con la capacidad, astucia y la operatividad. En el caso del listo no podemos hablar de alguien con capacidad, sino con conocimientos almacenados para resolver problemas y dificultades del jaez que se trata y poner sobre la marcha una solución que resuelva una dificultad. Por lo tanto el listo se mueve desde su conocimiento, por eso sabe lo que hay que hacer en cada momento y lo hace su conocimiento interno, mayoritariamente pícaro funciona acorde al grado de picardía interiorizada (almacenada de Es habilidoso para la vida porque ha venido almacenando siempre todo tipo de habilidades “y trampas” que desenvolvió, desenvuelve y desenvolverá en la vida. Eso de que no es analítico y que solo le interesa al listo la meta con prontitud es mentira; porque ningún tipo de inteligencia escapa al análisis, (del conocimiento) o dejaría de llamarle así. Que el listo tiene una inteligencia operativa pegada al día a día, es verdad, que quiere resultados a corto plazo ¡ya!, también es verdad.
Que el listo es avispado, veloz, perspicaz, despierto, sutil; que está muy atento a lo que sucede y toma buena nota de lo que está pasando, esa es una verdad tremenda, pero no es más que el resultado de los almacenamientos de perspicacias, vigilias y sutilezas en las que sigue y seguirá perseverando el listo. Que la pícara condición del listo es el triunfo de la inmediatez, la visión más corta de la jugada, la capacidad de resolver un problema... bueno eso habría que verlo; no olvidemos que la gran mayoría de los intentos de los depredadores de dar caza a la gacela en el kalahari son fallidos. Que también sabe el listo situarse ante la vida de una forma realista, ¿esto que es, robar, dormir a la mujer de otro, ser alcahuete querido por el jefe, servirse del “tonto” como escudo en la pelea o en la guerra ...? Estas son elucubraciones, mas bien para el inteligente que su almacenamiento de conocimiento es de otras mimbres ni más ni menos sopesadas; simplemente distintas. ¿Sabe resolver el listo un problema que surge de manera inesperada y que pone a prueba la capacidad (que es conocimiento) para ensayar una solución sobre la marcha?; ¡depende si le trincan por el pescuezo en un bar lleno de gente!. Le endilgará la culpa a cualquiera de los presentes y en cuanto le aflojen las “tenazas” que tenía al cuello, correrá como un gamo. Si lo trincan en el barranco contra una platanera Johnson se defecará y se irá en aguas. Lista es una persona con capacidad (que es conocimiento) de síntesis lo cual le lleva a actuar, resolver y a salir delante de una situación de conflicto. Lo que no se esconde aquí es que casi siempre sale delante  de la guardia civil. Si dijéramos que el saber adaptarse al medio y resolver del listo es porque tiene más información que cultura cometeríamos un fallo imperdonable; porque la información es cultura y la cultura información y son información al cabo del cerebro. En cuanto que si el listo está muy pagado de sí mismo y puede caer en la vanidad, eso es una machangada tremenda: absolutamente todos caemos en la vanidad. Mientras si el inteligente se magnifica a sí mismo, puede tender a caer en los brazos de la soberbia. Soberbia sí es la mentira, porque tanto la vanidad como la soberbia nos acompañan a los hombres, tanto como nuestra testosterona.
Inteligente es el que tiene más conocimiento, formación y sabe más. ¿Es que el listo tiene conocimiento y cierta formación? para comprender lo complejo y hacerlo sencillo, tiene que entrecruzarse un ramalazo de listo descansado, en la mente de cualquier inteligente. Que el inteligente es más teórico y analítico, que desmenuza los temas, los pone encima de la mesa y los segmenta, eso, no le da patente de corso. ¿Que importa que después haga un recorrido sobre ellos?, serpenteando sus características siendo capaz de detenerse en los pliegues y matices, en las (…) O cimientos preestablecidos a la conveniencia del momento; pícaros, esperamos que se entienda.
La cabeza del inteligente es más lenta por los muchos datos y ellos dicen que significa más reflexión sin saber siquiera què, les atiborra; como ocurre en toda gran panzada y no puede conducir (en este caso) sino a la aberración, confusión y caos. Tiene un componente más intelectual y de estudio, eso es verdad pero si no se da el atiborramiento de cultura adicional, idiomas, seguimiento de un equipo a ver quién marcó o está lesionado. Un universitario investigador no puede andar con esas pérdidas de tiempo. Un medico auténtico, un abogado auténtico que trabaja reordenando día y noche su conocimiento, ya eso, es pedir mucho a un cerebro. Imposible que dé más. El cerebro memorístico de un superdotado da más, pero no sirve, porque la superdotación es una subnormalidad al alza, que para más desgracia enorgullece a quien la posee. Por eso los hombres que han nacido con un cerebro e-qui-li-bra-do (eso sí que escasea) no deberían parar de dar gracias a la naturaleza, al padre que les engendró y a la madre que los parió. 
La semana que viene, más.

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