Masacre filosófica

Por Antonio Domínguez

Extraigo de un artículo que, dicen, que dicen, qué dijo Cicerón a propósito del imperio romano. Y se le toma a efectos de la ansiada extrapolación, perseguida siempre por todo el que escribe, para ayudar a orientar sus propios pensamientos a una mayor inteligibilidad; en este caso, orientando la luz guía de Cicerón al caso español, para aplicar a este pueblo el cuento italiano: una teoría aquí de sí imposible. Y dijo Cicerón: 

1) “El presupuesto debe equilibrarse”. 

2) “El tesoro debe ser reaprovisionado”. 

3) “La deuda pública debe ser disminuida”. 

4) “La arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada”. 

5) “La ayuda a otros países debe ser eliminada para que Roma no vaya a la banca rota”. 

6) “La gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado. 

Todo lo dicho aquí por Cicerón en lo que concernía a Roma era un dislate; por imposible controlar tan vasto imperio, como así mismo bajar más abajo del fondo en el gasto: que fue lo que hicieron, amén de los sátrapas delegados en las colonias. En cuanto a lo de extrapolar eso a España es una machangada, porque está absorbida y anclada a las órdenes de Europa: que es la que se ha gastado el dinero. Y en cuanto a Canarias, que es lo más que nos importa, alcanza hasta la subrepción arrimada al disparate en figura cabildada-chanchullo, trasnochada, anquilosada y mas que superada. Esto es que el Cabildo es un estorbo franco- botarate. El ocultamiento y el regate corto es tal en todas las autonomías en general, que no se sabe de verdad ni lo que se hizo en el pasado; por adúlteras células escondidas en la administración, al mando de ¡a saber! si de un carnaval proteico, o es que iban de por libre ellas solas (no se sabe que es peor supuestamente). Y “la guanchada“ pide no obstante,- ¡pretende!-, presente y futuro próspero. Cuando no se sabe del pasado: que marcará impertérrito cualquier acción o decisión y no podrán menos que obedecer ante lo pactado y firmado. Todo ello es un auténtico desastre para el que no vale principio alguno,- por lo que se verá más tarde- lo diga Cicerón o lo diga Pepito el de la tienda. Y ahora vamos a desglosar estos aspectos desde nuestros puntos de vista. ¡Claro, no tenemos los de los demás!; excepto uno que es muy soportable pero, es solo uno, conocido por mi (¿destartalada?) aprehensión, a este respecto exacto. 

Punto 1) “el presupuesto” -el nuestro- no debe equilibrarse debe desequilibrarse en favor de la sanidad y la enseñanza porque no hay perras para andar con equilibrio funámbulo; jódase quien se joda. No digo nada de los despilfarros a diario, por si me quieren agradecer mi recurso a Prudencia: a la cual me costó trabajo arrancarle el “sí quiero”. Lo primero que hacen los países embargados y las dictaduras que se inician con bloqueo, es, una revolución agraria. No estamos en ninguno de los dos casos, pero, tenemos los parados que esas dos realidades no tienen (porque en esa precariedad absoluta, no se mira la cuantía de los salarios, se mira, la sobre vivencia) y las cuatro perras que nos quedan se nos están yendo en subsidios y pagas por desempleo. Todo ello por no echar a trabajar al pueblo en lo único que hay; lo que les haría perder las elecciones; vendrán los otros: igual, vendrán estos otra vez, igual, y los intereses de la monstruosa deuda creciendo; que van ya por mas allá de la luna y Europa, América e Inglaterra que hablan el mismo idioma, frotándose las manos y preparándose para darnos por lugar que de nada valdrá no querer aceptar. ¡Hasta cuando! seguiremos vestidos de carnaval, como mil y una veces he relatado. Poniendo “la pata” en la barandilla de Las Canteras para hacer estiramientos, echándose a correr y cuanto se antoja mariconil, para luego llegar a casa a blasfemar a una santa y lacerada madre, sin compasión; por la comida que nunca les gusta; porque no le tiene listas las afeminadas bermudas ¡¡floreadas!! Para ponerse esa tarde. Y la pobre víctima que solo vino al mundo a sufrir, tendrá que soportar “la lapidación” de tener que entregar de un presupuesto miserable, cinco o diez euros para que el señorito no blasfeme a grito pelado. El caballero no está por comer el potaje que odia, pero sí está por empotajarlo todo. ¿¿¿ ¡¡¡Hay un infierno esperando a esta mujer porque se tiro a su novio antes de casarse !!! ???. Y “caballeros como estos” los hay a decenas de miles: ¡esa es la cosa! 

2) “El tesoro no puede ser reaprovisionado porque no existe; cuando hasta los arcones para depositarlo los hemos tenido que quemar para combatir el gélido frío económico: el turismo, la construcción, “la industria” son testimoniales,- ¡se están terminando ya!-. La labranza es un cadáver efectivo. SIALSA se fue al carajo por un tal ERE en que se escudó el cabildo para mandar a la deyección los pequeños vestigios que subsistían de nuestra cultura agraria: decantados residuos que se desintegraron en el “ácido sulfúrico” segregado de su animadversión majadera. ¿Servidores del pueblo los que son señores de los señores? ¿No será más bien cinismo? 

3) “La deuda pública debe ser disminuida”, ¿con que herramienta por inventar se hace la disminución? No se apure que dentro de tres años -se haga lo que se haga- ya no habrá una perra en el erario público ni para disminuir ni para aumentar la deuda. No digo que no tengamos cierta cantidad de dinero para escapar, cambados como la torre de Pisa; que puede que como ella, ¡de milagro!, no nos desmoronemos. Le hago una profecía, no tardarán cinco años en estar otra vez inmersos en el gofito, consumiéndole con cuidado para que no se vacíe el cacharro y alguna aceituna para ayudar a su tránsito gaznate abajo. Ron poco, una o dos copitas esporádicas, un pequeño tomate partido en cruz con sal para quitar el “releje” y nos volveremos a disputar los tunos indios (colorados) a la piña limpia, venga el PP, o venga el ángel de más poder del cielo. ¿En qué consistiría si no, ese tan cacareado modismo: “un antes y un después de la crisis”? Como dicen en Venezuela: dentro de su propia broma: “ojala no acierte yo con esa “broma”, ¡vale!”. Puede que el ron no sea tan poco; puede que aparte del gofio haya bastante pan y embutidos y ya entonces no tengamos que fajarnos por los higos chumbos. ¡Vamos a ser positivos! Vamos a olvidarnos de la profecía como hemos hecho con cuantas profecías han sido: ¡¡ánimo!! Este doblez del argumento no me lo dicta la inseguridad de lo dicho, sino mi temor a lo absurdo. 

4) “La arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada”. ¿Qué funcionarios, los sanitarios trabajando noches enteras en los quirófanos de urgencias por cuatro perras? ¿Los profesores con una clase atiborrada de muchachos, recibiendo alguna que otra piña del más golfo, que, posiblemente sea el año que viene el bandido más grande de Las Palmas? He de decir que hay funcionarios aparte de los que son verdaderos héroes que sí hay que moderarles la paga: a la mitad -y son caros- y controlarlos; que son cientos de miles, que su rendimiento es dudoso y su entrega es la de la anguila, difícil de retener en mano; se zafa de su deber todo el tiempo que este invigilado, ¿increíble? ¡No! Todos los disparates son de este mundo y son perfectamente creíbles desafortunadamente, en tanto que joden; que cuanto más, mejor queda reflejada la triste realidad. “Clamé al cielo y no me oyó; busqué a Dios y no lo vi; de mis males en la tierra culpen al cielo y no a mí”. Como Don Juan, clamamos muchas personas; que ni vemos salidas, ni se nos escucha “desde ese cielo terrenal político“. ¿Se nos culpará, encima, “como reos de pecado”? A mí solo me queda esperar que acepten deportivamente mis presunciones y suposiciones que utilizo para desahogar, y poder seguir viviendo en medio de lo que yo creo es una hecatombe. Puedo perfectamente estar equivocado; pero eso difícilmente lo digeriré para asumirlo, puesto que no está en mí -es imposible- porque dejaría de ser yo. 

5) “La ayuda a otros países debe ser eliminada para que Roma no vaya a la banca rota”. ¿Es que no se da cuenta (previa extrapolación) que el Estado que está siendo severamente ayudado es España, que ha venido Europa asfixiándole con dinero como una de las formas más avanzadas y modernas - a la par con la guerra- que hay para acabar con un país, porque les desertan sus habitantes abandonando el trabajo y les satura las ciudades, se las infecta de droga y de técnicas para el carterismo? “Y demás oficios nobles” que se producen importados a tongas etc. Dice un célebre autor que en las ciudades, “toda la sangre corre perezosa, floja y espumosa por todas las venas y que son los grandes vertederos donde espumea junta toda la escoria; donde florecen los importunos, los desvergonzados, los escritorzuelos y vocingleros, (como yo y la inmensa mayoría, por no decir todos) los ambiciosos sobrecalentados: en donde todo lo podrido, desacreditado, sombrío, súper putrefacto, ulcerado, conjurado supura todo junto”. Esto es lo que te espera hombre del campo si decides ir a vivir a una ciudad pero, también te espera un tercio - en cualquier ciudad a la que vayas- de personas honradas a carta cabal. Hecha números y sopesa riesgos; no ya para ti, para tus niños, que pueden perfectamente acabar saturados de tinta china de arriba abajo, con el tremendo etcétera que esa calamidad conlleva. 

Todos los préstamos un poco importantes que recibe Suramérica son concedidos por la unión ¡por mucho a cambio a obtener de esos míseros países! y mandan a España a entregarlos como si fuera dinero español propio, para quitarse ellos el marrón de la gran impopularidad que eso sustancia. 

¿Porqué en España se aceptan esos peliagudos, anti votos, papeles de todo tipo? Porque le rebajan un ligerísimo tanto por ciento de la monstruosa deuda; o porque nos posponen, renegociado, algún pago parcial de la horripilante suma, pueden ser razones; o lo indeterminado, (para nosotros la plebe) ¡vaya usted a saber! ¿Quién en su sano juicio se pasa a creer que, créditos de dos, tres, o cinco mil millones de euros son concedidos por España a otro país si no hay dinero ni para chuflas? ¿Por qué sigue siendo necesario decir como hallazgo algo que deberían saber hasta los púberes? Si España empieza a repartir dinero que es ahora imposible que sea suyo, a Europa no le falta ni uno solo de los castigos inventados -y firmados- para aplicar severos correctivos y mucho más. ¡¡O no estamos a su merced!! 

6) “La gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del estado”. Con esto estoy plenamente de acuerdo, lo diga Cicerón o Pepito el de la tienda. Lo malo es que aquí en Canarias lo tenemos crudo porque el afeminamiento referido exclusivamente a la vagancia inducida por los poderes,- sin vuelta atrás que sea absolutamente práctica; que hasta les van a dar un veraneo por el mundo contratado ya en la agencia de viajes de El Corte Inglés. En vez de aprovechar el verano para enseñarles a segar, ordeñar, echar un surco, en pos del saneamiento del país; ¡pues no señor! Corren todos como locos tras los votos “con los ojos inyectados de sangre”. ¿Qué país les quedará para mandar ¡manada de mentecatos!? Bueno, podrán vestirse de guardias para vigilar un solar grandísimo de espacios protegidos en que quedará la nación después del jaque mate que pronunciará Europa. Cuando vino la v.e.s.p.a (moto) se decía: “vosotros españoles seréis pronto americanos”; pero quien pensaba ni por asomo que íbamos a ser utilizados y arruinados por nuestros compañeros de continente. “Nos ayudan sí” como las hormigas protegen al gusano y le mantienen vivo para libar el meloso líquido que excreta. 

Ya me es difícil imaginarlos en un empleo, pero en un trabajo sí que me es imposible. Pero nada, paciencia y engrúñate, le dijo el lobo al cochino: solo sentirás las dos primeras dentelladas. Tenemos capital humano para deportes, anabolizantes y drogas; para divertimentos multitudinarios a pasto para brincar como en cama elástica y gritar como si les estuvieran sacando el cuero en vivo viendo el partido. De ahí que se pueda catalogar a la política de folklórica ¡esa sí! como traté de explicar en una ocasión porque se vale del folklore. No así la labranza y el pastoreo; ocupaciones dignas por antonomasia; ni nuestra historia más seria, que está sufriendo fuertes empujones para terminar de tirarla al suelo. El empujón más grande de todos es, cuando a todo ello se le tilda de folclórico: con boquita y palabras de filigrana, además de promesas falsas para “trabajar” el voto de millones de jóvenes. Al fin y al cabo grandes pobres diablos y perdedores de un tiempo insustituible para educarse y para la hombría; (vista como la formación para emplearse, o la dureza y el coraje para trabajar) que nunca tendrán aunque vivan cien años. (Y no se me equivoquen con esto de la hombría; que no es ni fuerza, ni vitalidad, ni virilidad. Fuerza tiene incomparablemente más un elefante; vitalidad la del camello que aguanta lo que ni se sabe sin beber llevando una carga de trescientos kilos, días y días; en cuanto a virilidad la de los monos y la de los leones que se pasan dando piola sin parar durante días cuando cogen la cosa arreo. Como se ve claro, la hombría mal entendida está superada con creces en la naturaleza por lo que hay que ir a buscarla en la lucidez. Si un hombre de uno sesenta metros es más lúcido que otro de dos veinte, es más hombre el de uno sesenta. El hombre no se mide ni por la talla ni por el tallo ni por el tollo. El hombre y la hombría se mide por su capacidad cerebral; y llegará el tiempo, incluso, en que habrá una tecnología para medir una mayor capacidad -donde la haya y si es que la hay, para acreditar lo que siempre ha estado escondido- y se podrá decir que aquel determinado hombre corriente tal, es más hombre que el catedrático cual. La hombría tiene más asiento en el ser que en el conocer. ¿Quién no ha visto a verdaderos eruditos que son auténticas Magdalenas con bigote?). Le damos valor a las escasas excepciones - desde la hombría, (para formarse y emplearse o para endurecerse y trabajar) que siempre es de nacimiento y que llega a donde le da la gana; si no lo impiden situaciones de miseria, dictaduras etc. (en el caso de los empleos) que se lo curran por si solos, porque las ayudas se quedan en las consabidas, comprobadas y más que descubiertas, tramposas promesas presuntamente. Por más contarles, asistimos ahora a la suelta de amarras de las coaliciones, donde les vemos como verduleras agarradas de la greña por una batata. La batata significa aquí, el poder; y el poder: ¡¡esa es la batata!! 



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