¡A la Mujer!

Por Luis C. García Correa
Nací de una mujer. Mi madre fue una santa de verdad. “¡Como todas las madres de verdad!”El amor que mi madre repartió y sembró quedará eternamente en mi mente y en mi corazón.
“¡¡¡La mujer es la salvación y continuidad de la creación!!!”
Sin el criterio meditado y sereno de la mujer no hay solución.
La discriminación de la mujer ha sido la gran razón del lento crecimiento, material y espiritual, de la humanidad.
“¡¡¡Sin la mujer no hay felicidad ni libertad!!!”
La mujer es el cimiento en donde nace y crece todo lo que tiene valor y contenido.
La humanidad la componemos la mujer y el hombre, imprescindibles el uno del otro, y el otro del uno.
La mesura, el raciocinio meditado y sereno, normal y natural de la mujer, ha creado y crea el equilibrio entre la verdad y la realidad. La mujer tiene un instinto natural que nos ayuda a todos por igual.
“¡La pasión de la mujer en el amor es digno de admiración y una necesidad en la relación!”
“¡La mujer enamorada lo da todo a cambio de nada!”
“¡La mujer da la vida y a ella se la debemos!”
Olvidar lo que es la mujer y de lo que es capaz de hacer es vivir en la inopia y no saber ni conocer la realidad y la verdad.
A la mujer le dedico estas palabras con todo el AMOR Y AMISTAD de que soy capaz, queriendo exponer mi eterno agradecimiento y reconocimiento al amor recibido y que nunca será olvidado.
Si escribo y vivo se lo debo a una mujer, de la que nunca me quiero, ni me podré olvidar.
A una mujer le debo, por su amor, haberme dado a nuestros hijos que son razón para luchar y vivir con felicidad.
“¡A la mujer le debemos lo que somos!”
La falta de la honesta y sincera participación, de la humildad y del respeto de los hombres ha originado hasta la muerte de inocentes.
Amo, con pasión y admiración, la labor que realiza la mujer, que sin ella no hay vida y menos amor.
“¡La plena felicidad en la plena libertad solo se alcanza con el amor de y a la mujer!”
La felicidad y la libertad están en relación directa al amor y al respeto del hombre a la mujer y de la mujer al hombre.
¿Qué puedo añadir con respecto a la mujer? Que sin ellas no hay vida, ni alegría, ni amor, y tampoco felicidad y libertad.
A la mujer le dedico estas palabras queriendo expresar mi agradecimiento, y reconocimiento a su necesidad en la vida personal, social y mundial.
Benditas y alabadas sean las mujeres por ser quienes son; de quienes hemos nacido por su amor, desprendimiento, sensibilidad y, sobre todo por su arrollador, profundo y necesario amor.
“¡¡¡DEL AMOR DE UNA MUJER NACIERON MIS HIJOS Y NACÍ YO!!!”.

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