Moscas picantes en Tamaraceite, truenos amenazantes.
Por Esteban G. Santana Cabrera |
Este titular bien podría ser un dicho popular, que
lo es, pero que me ha venido como anillo al dedo para describir el problema que tenemos en los
últimos días en Tamaraceite. Y tenemos que decir que el dicho popular, en esta
ocasión, no está equivocado, porque la plaga de moscas que estamos soportando
en Tamaraceite aunque no vaticina agua ni truenos como fenómenos atmosféricos,
sí que vaticina otras tormentas, si cabe más ruidosas, sobre todo para el
Ayuntamiento de Las Palmas de GC. Porque lo de las moscas no es más que el
fruto del abandono y la desidia que venimos sufriendo por parte de las
corporaciones locales, una tras otra, y donde se acuerdan de nosotros solo para
traer lo que no se quiere en otros distritos de la ciudad.
La montaña de estiércol abandonada en las obras de
la Cruz del Ovejero y que a buen seguro trajeron esta plaga de moscas, está
situada en una obra que lleva meses realizándose y todavía los vecinos no
sabemos ni cómo va a quedar. Esta actuación consiste en el acondicionamiento de
viales y aparcamiento junto a la Carretera de Teror entre la Glorieta de Cruz
del Ovejero y acceso a La Suerte, y fue adjudicado por 740.000 euros a la
empresa Hermanos Medina la Herradura, S.L., con un plazo de ocho meses para
concluir los trabajos.
Pensábamos que iba a ir de una manera y ahora va de
otra, donde pensábamos que iban aparcamientos ahora queda todo igual. El
concejal de urbanismo Javier Doreste, nos decía que se iban a acabar los
problemas en el nudo junto al Hiperdino, la entrada al barrio de La Suerte, haciendo
aceras y dotando de una batería de sesenta aparcamientos a la zona. Muchos lo ponemos en duda, pero “por
si las moscas” le vamos a dar el
beneficio de la duda, aunque ya nos dijo cuando se realizaron los aparcamientos
en los aledaños del CEIP Ciudad del Campo que los problemas del tráfico se iban
a solucionar en la zona y con eso
seguimos.
Con respecto a las obras, interminables para los
vecinos y usuarios de la Cruz del Ovejero, muchos somos los que opinamos, como
bien dice el dicho popular “por si las moscas”, podrían haber hecho dos viales
en sentido norte hasta la rotonda del cruce de La Suerte y dos de bajada, y eso
descongestionaría la rotonda principal de la Cruz del Ovejero. Pero como en
este santo país no hacemos las cosas con previsión, sino que vamos haciendo las
cosas según van llegando los problemas, pues así nos va.
Matar moscas con el rabo, resulta complicado. Y en
nuestro distrito las cosas nos van como nos van porque desgraciadamente tenemos
un desarraigo entre los habitantes que por aquí moramos que no tiene parangón
desde época histórica. Perdimos el Ayuntamiento de San Lorenzo a principios del
S XX y tan anchos nos hemos quedado, hemos perdido nuestras zonas de cultivos y
nuestras palmeras que dan nombre a nuestro pueblo y la gente ni mu. Tenemos una
junta de distrito, que con todos mis respetos, no sirve para nada, y lo digo
con conocimiento de causa porque pertenecí a la misma durante un año hasta que
dimití porque eso era un paripé.
Y los que me conocen saben que no lo digo por
criticar sin más, porque “las lenguas de los criticones son como las patas de
las moscas, aterrizan sobre cualquier cosa que encuentran”. Mi espíritu es
siempre constructivo, pero hasta que no tengamos una Concejalía de Distrito
fuerte, con competencias, con presupuesto, cercana a los vecinos y vecinas, no
se van a solucionar nuestros problemas. Y lo que tendremos serán parches y más
parches. Porque muchos temas que hemos pedido los vecinos y que han ido a la
Junta de Distrito como la Rehabilitación del casco Histórico de Tamaraceite, el
Corredor Verde, la recuperación de La
Plaza de Tamaraceite, la Rehabilitación del Camino Viejo de San Lorenzo o la
construcción de una gran biblioteca con zona de estudio para nuestros
estudiantes, se han quedado en el camino. Pero, y termino, matar moscas con el
rabo, resulta complicado y muchos hemos optado por “en boca cerrada no entran
moscas”.
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