¿Qué nos espera?

 

Por Luis C. García Correa     

¿Qué nos espera? ¿La destrucción o la salvación?

Ya ha comenzado la destrucción física, social y económica.

El coronavirus ha hecho, y seguirá haciendo, la destrucción física.

La destrucción social y económica, también, ya ha comenzado.

No soy adivino, y ojalá esté equivocado.

Los síntomas son claros.

¿A qué paro se llegará en solo unos meses?

¿Cuántas empresas desaparecerán?

Las empresas son las que crean puestos de trabajo, en el régimen democrático que exista, y las que pagan impuestos. Son fundamentales para tener una economía productiva, no simplemente de administrar impuestos.

En los regímenes autocráticos, la esclavitud es una consecuencia normal, porque se pierde la libertad.

"¡La libertad es enemigo del mal!"

Ser libre es la manera de llegar a gozar la plena felicidad.

¿Qué nos estamos jugando? La libertad.

Los poderes perversos están tratando de hacer su agosto. Y, al paso que vamos, lo conseguirán.

"¡Como creyente creo en la oración, como medida no solo preventiva, sino como solución curativa y definitiva!"

Pero no basta con la oración: A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO.

¿Qué mazo tenemos en las manos? ¿La honesta y participativa unión? ¿O la despreocupación?  Y según sea una u otra así será la solución.

"¡Andar como ovejas descarriadas es la perdición!" Solo nos queda la honesta y participativa unión, que es y será la solución.

Si estoy equivocado, ruego me corrijan.  Porque, si estoy en lo cierto: si no existe la honesta y participativa unión, será la gran oportunidad que aprovechará el mal.

"¡El mal se manifiesta de múltiples formas y maneras!"

Quien tenga dudas del poder de la oración y de la honesta y participativa unión ¿Qué alternativas propone?

¡Qué nos espera! El mal, que ya nos ha caído encima, afectará a la gran mayoría de la humanidad.

Serán, siempre, minorías las que se salven de la hecatombe que ya ha comenzado. Ha comenzado porque a este virus complicado le seguirán otros, y el contagio de la infección cada vez es más fácil por la globalización de relaciones sociales, viajes, culturas.

Reitero, e insisto, que no basta con la oración, necesitamos la honesta y participativa unión social. Detener las peleas. Ponernos juntos a trabajar, a cooperar. Sin ella no hay solución.

Espero haber expresado cómo veo la realidad del momento.

No trato de asustar sino de informar.

El mal me tocará a mí como a todos los demás.

No conozco, ni creo que haya, otra solución que la honesta y participativa unión. ¿Estoy equivocado? Le ruego sus ideas y correcciones.

"¿Qué nos espera? Insisto en: rezar, y unirnos en una mayoritaria honesta y participativa unión.

De lo contrario: DIOS NOS COJA CONFESADOS.

¿Qué nos espera? Espero haberlo explicado.

Comentarios

Entradas populares