La esperanza es lo último que se pierde

Por Luis C. García Correa  

La esperanza es cimiento de la felicidad, si está basada en valores.

La esperanza es confiar que, a corto plazo, se cumplan nuestras ilusiones, y no sean una añoranza.

Vivir es algo maravilloso.

Vivir es algo fantástico.

Perder el tiempo es un pecado de lesa majestad. El tiempo es irrecuperable, se pierde para siempre, y ya no se vuelve a vivir.

Tenemos que ser esperanzados.

El ser humano es maravilloso, lleno de esperanzas.

“¡Hemos nacido para -llenos de esperanza- compartir, ser felices y plenamente libres!”

“¡La esperanza de vivir la felicidad está en compartirla!” En especial en esta SEMANA SANTA.

Nadie puede dejar de ser feliz si comparte su vida y su felicidad con honestidad y en una constante y vital participación.

No dejo de tener una enorme esperanza. Creo ciegamente en el ser humano. Quiero ciegamente al ser humano. Necesito ciegamente al ser humano.

Mi esperanza se basa en mi larga experiencia de la vida.

Somos buenos por naturaleza. Sólo necesitamos continuar, constantemente, en todo tiempo y lugar, siendo honestos y participativos, y la felicidad y la libertad brillarán en todos nosotros por siempre jamás.

Tengo plena y segura  confianza y esperanza en que llegaremos a esa necesaria mayoría honesta y participativa, para tener y gozar, en este Planeta Azul de la Tierra, de la plena felicidad y de la plena liberad.

¿Lo cree? Pues, ya somos dos. Sólo nos faltan los demás. ¿A qué esperan?

Espero y confío que usted sea siempre -para el bien de los demás y el suyo- un honesto participativo, lo que es ser un hábitatista.

Si usted es un hábitatista, lo soy yo, y si conseguimos la mayoría de hábitatistas, volveremos a tener la plena felicidad y la plena libertad para lo que hemos nacido.

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