Casa Villegas Afonso


Los famosos bizcochos lustrados de Doña María Villegas eran conocidos en toda la isla y más allá.  Estaban hechos de una masa compuesta de la flor de la harina, huevos y azúcar cocida en un horno pequeño y en trozos de distintas formas y no gran tamaño. 

Se le llamaba lustrado porque estaba cubierto de una capa de almíbar a punto de nieve que se cristalizaba al meterla en el horno. Los coches de hora hacían su parada justo enfrente de la tienda de Mariquita Serapita, en la misma curva, y muchos de los que en ellos viajaban bajaban a comprar los famosos bizcochos de Tamaraceite. 

Pero ¿sabían ustedes que hasta la casa de Pérez Galdós en Madrid llegaban puntualmente estos famosos dulces, así como otros muchos productos canarios?. Con él vivían, en torno a 1912, dos de sus hermanas, Carmen y Concha, que también habían fijado su residencia en la capital.  Hoy vamos a colarnos en la despensa de don Benito de la mano de Ambrosio Hurtado de Mendoza Sáenz, nieto de su hermana Carmen, que, con sus propios recuerdos y testimonios familiares, presentó una comunicación en el I Congreso Internacional Galdosiano, que tituló"Don Benito Pérez Galdós jamás olvidó su tierra natal", de la que extraemos la siguiente cita:

« De Las Palmas le enviaban todos aquellos productos de la cocina canaria que entonces podían desplazarse a Madrid, con los medios de transporte utilizables, sin llegar hechos una porquería, dentro de cajas de galletas herméticamente soldadas. En la despensa de la casa de don Benito no faltaban nunca las rapaduras isleñas en sus variedades de huevo, azúcar, café o achocolatadas; el gofio de millo, los bizcochos lustrados de Tamaraceite, los higos pasados herreños, el millo molido en forma adecuada para preparar el frangollo, morcillas viejas, secas; almendras de Santa Lucía de Tirajana, para preparar toda la gama de dulces canarios a base de ellas; los quesos 'curados' y picones como papel de lija, carne de cerdo salada, etc., etc.
Las hermanas de don Benito, me decía mi madre, sobre todo mamá Carmen, o sea mi abuela paterna, a base de estos ingredientes puramente isleños preparaban platos y postres típicos de la cocina isleña, que don Benito comía con sumo gusto.

Fuente: Casa Museo Pérez galdós

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