¡¡¡A dónde vamos!!!”
Por Luis C. García Correa |
El mundo se está convulsionando. La convulsiona es en lo físico y en lo espiritual. ¿Qué debemos hacer? Lo primero rezar, y luego actuar.
No podemos ser espectadores en la realidad que vivimos. “¡Tenemos que participar con nuestros rezos, palabras y hechos!”
No podemos, ni debemos, ver pasar la vida y los acontecimientos, sean adversos o favorables, y no participar. Esa es nuestra gran responsabilidad.
“¡La conciencia, la fe, y el amor nos deben mover y forzar a actuar!”
“¡Ya no podemos seguir siendo espectadores de nuestra propia historia!” Si no, la historia nos juzgará.
No podemos ver pasar la vida y los acontecimientos propios y ajenos como si fueran de alguien a quién no conocemos.
“¡La historia del momento la tenemos que vivir en toda su realidad!”
A quien se esconda para no ver su realidad ¿qué creen que le debemos hacer y aconsejar?
No somos jueces de los demás. Solo somos un vecino más, un ciudadano más, pero ya somos ciudadanos del mundo.
“¡El Planeta Tierra ya es pueblo y es la casa de todos!”
Lo que sucede en las antípodas nos debe afectar como si sucediera a nuestro alrededor.
La solidaridad tiene que ser el comportamiento instantáneo, de cada segundo, de cada día, y de cada uno de nosotros.
El Planeta Tierra es nuestro hábitat natural, y lo estamos maltratando.
Ya hemos llevado a nuestro hábitat natural a un punto de no retorno, pero ya no solo en lo físico, en lo ambiental, en lo terrenal: lo estamos llevando a la catástrofe general.
¿Qué ha hecho y está haciendo para cambiar su comportamiento antisocial, antifamiliar, y antiuniversal?
¿Aparcó su coche para no contaminar?
¿Ya no tira basuras contaminantes, sino que las recicla?
¿Ya vive preocupado, cada instante de su vida, por no dañar el hábitat natural?
¿Ya es un ciudadano universal?
¿Cuántas preguntas más hay que hacerse para cambiar y detener el punto de retorno?
¿Para qué seguirle repitiendo lo que usted ya sabe?
“¡Ahora comportémonos como lo ciudadanos del mundo, que lo demás vendrá por añadidura!”
Y su vida cambiará.
“¡Dormirá con la conciencia tranquila, aumentará su felicidad y libertad, y todos les quedaremos eternamente agradecidos!”
“¡¡¡El Planeta Tierra es nuestro hábitat natural!!!”
Lo que le suceda a nuestro hábitat natural ya nos está afectando.
Confío en usted, que dará el ejemplo que todos necesitamos y debemos dar.
Sea bienvenido al Paraíso Terrenal.
No salga del Paraíso Terrenal, porque usted es un vecino y ciudadano más.
Sea bienvenido al Paraíso Terrenal. Claro ¡Si quiere estar!
“¡¡¡A donde vamos!!!”
Usted me lo dirá, y si no, seguro nos volveremos a encontrar.
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