¿Morir y nada más?

 

Por Luis C. García Correa 

¿Morir y nada más? Jamás. La muerte es de una importancia inigualable, para el creyente y para el que no lo es.

Se muere una sola vez. ¿Ahí se queda todo?

Esperar a la muerte con resignación -hasta con alegría- es creer en la existencia de un cielo, en la contemplación de Padre Dios.

Morir y nada más, no es verdad. Se crea o no se crea. Se tenga o no se tenga fe. Morir es mucho más.

¡La vida es un sendero que hay recorrer y que debe tener, en todo momento, un significado y una razón de ser!

Todo en la vida tiene una razón de ser. Aunque hay veces que no sabemos el por qué, no por ello deja de existir una razón.

¡Morir y nada más! Sería un vacío y un sin valor, que ni los humanos somos capaces de pagar.

La vida es de un valor incalculable y de una enorme responsabilidad, y pasar por la vida sin más, y sin nada más, es perder el tiempo sin necesidad, y tener el vacío de la necedad.

La necedad se dice tanto del dicho como del hecho.

Necio es quien ignora lo que podía y debía saber. Un obstinado o un imprudente sin tener razón.

Morir y nada más no es una realidad ni una verdad.

Morir es mucho más. ¡Perder la vida natural y que no se tenga, ni haya más!  ¿Es esto verdad?

La muerte es algo tan importante. No quiero ni puedo pensar que todo se quede ahí y exista la injusticia de no pagar a una vida y a todo lo realizado.

¿Cómo es posible que seamos capaces de tener felicidad y libertad y con la muerte se acabe lo que empezamos con la vida?

¡Creo e intento ayudar a entender que la muerte es mucho más!

¡Esperar la muerte, que es una realidad, y que ahí quede todo es una injusticia tan grande que me parece irreal!

¡Con fe o sin fe, la muerte y nada más me parece injusto y la vida sin significado, se tenga o no se tenga fe!

Morir y nada más me parece una irrealidad.

Esta es mi opinión.  ¿Cuál es la de Usted?

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