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Por Esteban G. Santana |
Piletas es uno de los barrios de Tamaraceite, que más ha ido creciendo en los últimos años, adaptándose a la orografía de la zona, la falda de la Montaña de San Gregorio y extendiéndose hacia otros barrios que han ido surgiendo posteriormente como Ciudad del Campo, Isla Perdida o Risco Negro. Un núcleo poblacional al que se le une un movimiento vecinal muy importante y que ha sido el artífice de la evolución y el desarrollo del mismo no solo en el aspecto social sino también cultural. Pero los antecedentes de Piletas lo encontramos en una de las fracciones en la que se fue segregando con el paso del tiempo el antiguo Cortijo de San Gregorio que se extendía entre los barrancos del Mascuervo y el que bajaba de San José del Álamo. En el año 1667 Alonso Olivares Lezcano y su esposa Luisa Antonia Trujillo Suárez dicen ser los dueños de las tierras de «San Gregorio, Cortijo de los Granadillares», y en 1705 el mayorazgo fundado por la anterior dice contar con 600 fanegas y tener edificada la ermita de San Gregorio en San Lorenzo. Entre la parte de El Barrial, que linda con la carretera de Teror y el nordeste de la Montaña de San Gregorio, existió un barranquillo conocido por el nombre de Barranquillo de La Pileta, debido a que los trabajadores de la cantera, que desde tiempo inmemorial surtió de piedra a las construcciones del pueblo de Tamaraceite, tallaron una hondonada en forma de pileta, donde se recogía el agua que brotaba de un manantial que no se agotaba durante el año y de la que se servían para el abasto los aparceros que vivían en los altos del Cortijo, y para todas aquellas personas del pueblo y alrededores que se acercaban a llenar sus cántaros y tallas de esta deliciosa y fresquísima agua de la Cantera de la Pileta.
En el año 1929, con el motivo de aprovechar el agua que corría por el barranquillo, se construyó una
presa, que todavía existe en la actualidad y que se llamó La Presa de los Artiles, en referencia al apellido de sus propietarios y que llevó este nombre hasta que comenzaron a construirse las primeras viviendas de lo que hoy es el barrio de Piletas.
En sus inicios, allá por los años 60, este barrio de calles empinadas, quizá debido a la gran anarquía urbanística de sus primeros trazados, se conocía popularmente como “La Ciudad sin Ley”, hasta que más tarde y ya de forma definitiva hasta nuestros días, adquirió el nombre de Piletas, posiblemente en recuerdo de la Cantera de la Pileta o del Barranquillo de la Pileta, existente en la zona. Fue alrededor de 1960 cuando comenzó a urbanizarse este barrio. Desde diferentes puntos de la isla fueron llegando sus primeros habitantes entre los que se encontraba Don José Santiago, Don Marcelino, Don Daniel Artiles y Doña Manuela Pérez Montesdeoca, Doña Manuelita, que vivía en una chabola hecha de bloques mientras poco a poco iba construyendo su casa. Los tres primeros vecinos nacidos en el barrio fueron Pepe Ramón Santiago, Pedro Ramón Castellano y Juan Manuel Reyes.
Impulsados por el “boom tourístico” que dinamizó sobre todo el sector de la construcción en el sur de la isla y dio mucho y buen remunerado trabajo a muchas personas. Poco a poco, con la ayuda que se prestaban unos vecinos a otros, fueron surgiendo en Piletas gran número de casas. Fue una tarea dura y difícil ya que el barrio carecía de agua, luz, asfaltado y alcantarillado. Los terrenos donde se iba construyendo el barrio eran de Doña Dolores como el resto de El Cortijo, y el agua se extraía de las tuberías que pasaban por el mismo y que procedía de los embalses de El Pintor y de Las Fuentes. Es precisamente en estas circunstancias cuando surge un importante personaje, Don Pablo Santana Naranjo, más conocido por Paulito, encargado del agua en una cantonera. Se construyó un depósito de agua, donde actualmente está situada la plaza pública del barrio, después se pusieron en algunas calles una tubería como si fuera el agua de abasto y Paulito era el encargado de llenar el depósito y de abrir las llaves. Él mismo, instaló a la entrada del barrio un depósito de hierro que llenaba cuando pasaba el agua de los pozos y los vecinos acudían allí a buscarla usando para su transporte unos ganchos y dos cacharros. También en uno de sus solares instaló materiales para la construcción que vendía a los vecinos dándoles toda clase de facilidades de pago, por lo que muchas personas del barrio le quedaron agradecidas por este gesto.
Entre los primeros habitantes del barrio hay que destacar a Maestro Juan que se dedicaba a poner
inyecciones de forma gratuita a los vecinos. Una de sus primeras inquietudes fue la de lograr que se instalara el agua de abasto. Incontables fueron las gestiones con diferentes organismos para realizar mejoras para el barrio y en 1970 se construyó un depósito en lo alto de la calle Samaría.
A mediados de los años 60 se celebró la primera fiesta en el barrio en honor al Sagrado Corazón de Jesús, cuya imagen se trajo en procesión desde el barrio de El Toscón, quedando instalada en casa de Florencita, y una vez terminados los festejos se trasladó al templo parroquial de San Antonio Abad. El párroco Don Ignacio Domínguez tenía la intención de que el patrón del barrio fuera el Papa San Gregorio, cuya imagen estuvo hasta los años 50 en la ermita del Siglo XVI existente en la montaña del mismo nombre.
Fue en el año 1972, cuando por iniciativa de algunos jóvenes del barrio, se solicitó a la parroquia una imagen para que presidiera en adelante todas las fiestas de Piletas. Don Pío Luis García Marrero, párroco sucesor de Don Ignacio, decidió cederles dada su juventud y valentía, la imagen de una santa italiana que había muerto muy joven, Santa María Goretti, pero con la idea de que ésta no se quedara en el barrio, aunque dada la aceptación que tuvo la santa entre los vecinos, el párroco terminó por donarla definitivamente, quedando guardada en un local de la calle Galilea, donde todos los sábados se celebraba la Santa Misa. La primera fiesta en honor a Santa María Goretti contó con un presupuesto de 25.000 ptas., íntegramente recaudadas por los vecinos del barrio. Se engalanaron casas, calles y plaza que dieron su primer ambiente festivo al barrio. Carreras de sacos, carrozas, verbenas, concursos, etc, animaban las primeras fiestas de este núcleo que a partir de 1979 comienza a celebrar la Bajada de la Rama y La Diana Floreada junto a la elección de la Reina de las Fiestas.
En el año 1974 se formó una Comisión Gestora para la creación de una Asociación de Cabezas de Familia, cuyo presidente fue Segundo Almeida. Poco tiempo después, en una asamblea de vecinos a la que asistieron Don Fernando Ortiz (Alcalde de Las Palmas de GC) y los concejales Don Luis Cristóbal García Correa y Don Pedro Bolaños, se leyeron los estatutos y quedó constituida la citada Asociación, siendo su primer presidente Don Juan Santana, cuyo mandato duró hasta 1983. La creación de esta Asociación de Cabezas de Familia fue el comienzo de la resolución de los muchísimos problemas que tenía el barrio y empieza una vida social importante. En 1975 se logró la instalación del alumbrado público y de las viviendas y entre los años 76 y 77 se asfaltaron las calles del barrio.
En el año 1979 se disolvió la Asociación de Cabezas de Familia y pasó a llamarse Asociación de
Vecinos Santa M ª Goretti. Algunos de sus mayores logros fue la instalación del C.P. El Cortijo de San Gregorio, hoy cerrado y ubicado en el propio barrio y la construcción del CEIP Ciudad del Campo en la Carretera General de Teror que empezó a impartir sus clases el día 2 de noviembre de 1980. En el año 1981 se fundó la Agrupación Folklórica Banot cuyo nombre procede de unos palos o lanzas utilizados por los guanches para la caza. En 1983 se fundó el C.F. Piletas.
Terminado el mandato de Don Juan Santana en 1983, fue sustituido por Don Juan Alberto López Galván, que estuvo al frente de la Asociación de Vecinos Santa M ª Goretti, hasta 1986, en cuyo mandato se consiguió, entre otras cosas, la red de alcantarillado y el primer proyecto del Local Social. A este le siguieron otros como José Luis Martín.
En 1986 fue nombrado presidente Don Eloy García Santana, durante su mandato se vio, por fin, hecha realidad la construcción del local social, con una serie de mejoras y una plaza pública. También se amplió el alumbrado público y se crearon los colectivos del Club de Jubilados Montaña de San Gregorio, fundado el 28 de diciembre de 1990, y la Asociación Juvenil Bentejuí, cuyo presidente es Yeray Castellano, que se fundó el 13 de diciembre de 1991 y que está realizando una labor muy importante en el barrio, destacando entre otras la participación en las Romerías del Pino con el atuendo que llevó en la primera de las romerías Jesús Arencibia y muchos vecinos de Tamaraceite.
Piletas con el paso de los años se ha convertido en un barrio con entidad propia, una historia que han ido cosechando sus vecinos con su ejemplo de unión y constancia. Como dijo Hesiodo "Si añades un poco a lo poco y lo haces así con frecuencia, pronto llegará a ser mucho".
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