De cuando lo más importante de un hombre es su sombra.
Jacinto "El filatero" |
Valorando los ancestros de
Jacinto, le viene lo de filatero debido a que sus abuelos llevaban el fielato
de Guanarteme, que antes llevaba eso San Lorenzo de Tamaraceite hasta la Peña de la Vieja. Decíamos
que llevaban el fielato y la abuela se tiraba al agua por Las Canteras y se iba
mares afuera o para El Rincón o latitudes de la Isleta. Era llamada
“Soledaita la sirena” y cuantos nombres marinos alusivos a sus altas capacidades
natatorias. No venía a tierra antes de tres o cuatro horas. ¿Practicaría esta
señora su soledad en esos alejamientos aguas adentro, lo que su nieto Jacinto
andando para adentro de su soledad y por ende de su inteligencia?.
La mítica nadadora era la madre
de maestro Agustín Rodríguez “el filatero”; verdadero sacerdote de cualquier
religión, porque trabajaba sábados y domingos gratis, de albañil, para el pobre
que primero se lo solicitara. También era madre, la impresionante nadadora, de
Felipito, chofer del parque móvil; de Solita la esposa de Juanito el árabe; y
entre otros, de maestro Jacinto el padre de mi querido y muy respetado Jacinto.
Jacinto en sus tiempos mozos |
Jacinto es risueño,
siempre pone los ojos chicos en defensa de la luz y lo que así puede parecer
una mirada inquisidora, no es sino una postura de cariño, respeto y
conmiseración. siempre mira a la cara. Es un navegante de las aceras “que son
su mar”, durante el día, casi siempre, se le puede ver caminando encima de una.
“Para su nave y navegación” Y conversa con todos los que se le acerquen, sin
distinción. No tiene complejos, para él somos todos iguales. Los perros le
adoran y le siguen; saben todo de él, tanto cuanto de él ignoramos nosotros. Ha
habido muchísimos perros traidores, que han saltado del regazo de sus amos para
ir a lamer a Jacinto, moviendo la cola a cuanto les da el respeto por él; a
saber lo que se podía extraer del análisis de este dato fidedigno. Es muy
servicial y va sin pereza a donde se lo pidan. Su afición, las quinielas. No es
del Madrid ni del Barcelona, no quiere problemas que desde que se atisban pone
en marcha su sexto sentido para eludirlos, en ello es magistral. ¡No a la
religión, no a la política, no a la pareja o matrimonio; no hay normalidad que
le atrape; es libre. El hombre más libre y feliz que he conocido jamás.
Tan solo una vez descubrió
Jacinto su capacidad de llegada y pegada. Resulta ser que fue a sellar unas
cuantas quinielas; todas eran de cuatro apuestas, pero por error una de ellas
le faltaba que pronosticar una apuesta y como broma la añadió después de los
partidos finalizados.
Esto fue el colmo la situación se hizo insostenible e
inconfesable. Le persiguieron los bancos; le salieron manager; todas las
mujeres livianas de cabeza le decían levantándose los hatos: ¡invierte aquí!.
Comprobó Jacinto que todo el pueblo le conocía; que para eso hizo la prueba y
le sirvió el invento. No obstante Jacinto goloso de calamar frito me consta,
dicen, que subido en esa ola, metido en la avalancha de las invitaciones, pedía
solo calamares y se cuenta que fácilmente pudo acabar con cantidades atolónicas
de ese feo y suculento ser.
Como cierre, graficamos que a Jacinto le gusta
especialmente el pueblo que va desde la carretera general a la Herradura , la Cobranza , la Dehesa , los Dragos, Altos
de la Guillena
y cosas así. Suele de paso coger quemones y hierbas para encargos. Pensándolo
mucho creo que Jacinto también lo hace para ver y contemplar Tamaraceite de
lejos y tener la sensación de muerte pequeña, esa de tener su pueblo querido
apuñado en su mano.
Antonio
Domínguez Herrera.
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