Bravo supervisa la restauración del mural de Jesús Arencibia
Teldenoticias.com El gran conjunto ubicado en el Salón de Plenos del
edificio del Cabildo insular de Gran Canaria está integrado por un panel central
compuesto por dos cuadros (y separados actualmente por un retrato del Rey Juan
Carlos I)
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, José
Miguel Bravo de Laguna, comprobó en una visita realizada este lunes el resultado
de los trabajos de limpieza que se llevan a cabo en los murales del pintor Jesús
Arencibia que decoran el Salón de Plenos de la sede insular, realizados por
encargo al artista de Tamaraceite en 1954.
Los trabajos de limpieza del conjunto, integrado por cuatro grandes lienzos que representan una gran alegoría de los gozos y los dolores del mar, han consistido en la eliminación del polvo superficial localizado en las telas a través de hisopos de algodón humedecidos en agua bidestilada. Así mismo, se han eliminado salpicaduras, tanto del panel central izquierdo como del derecho, y devuelto su aspecto original al soporte central, en cuya parte superior se observaba el hundimiento de la superficie.
Las pinturas, realizadas por Jesús Arencibia en 1954, son de tela gruesa tensada en bastidores de madera que se adecuaron a los paramentos. Debido a las grandes dimensiones de la obra, el artista se vio obligado a unir dos grandes fragmentos de tela por medio de una costura. La base de color blanco la fabricó Arencibia siguiendo las recetas tradicionales aunque de manera irregular, con la finalidad de que luego aportara diferentes calidades en la capa pictórica.
Según los técnicos, las obras de Jesús Arencibia responden en general muy bien al paso del tiempo, gracias a la destreza técnica que demostró el artista, gran conocedor de los materiales y las técnicas pictóricas.
El gran conjunto ubicado en el Salón de Plenos del edificio del Cabildo insular de Gran Canaria está integrado por un panel central compuesto por dos cuadros (y separados actualmente por un retrato del Rey Juan Carlos I). El izquierdo presenta a un grupo de pescadores sosteniendo una enorme nasa y el derecho, a un conjunto de figuras humanas que representan la alegría de una copiosa pesca junto a un barco con las velas desplegadas. Una mujer lleva en la cabeza un gran cesto de pescado y, en la mano, una balanza, mientras otra pregona su mercancía.
El panel localizado a la izquierda de los centrales hace referencia a los sufrimientos de los marineros en un naufragio. Un enorme camello transporta la barca destrozada por la tormenta, de la cual desciende el cuerpo lívido de un ahogado. Un grupo de compañeros sostiene los remos en alto, aludiendo claramente a una obra velazqueña.
En el último lienzo, situado a la derecha del panel central, el pintor escenifica la religiosidad y el fervor popular. Así, un grupo de personas contemplan una procesión de una imagen sobre una concha. Tres personajes portan candiles, mientras que dos soplan unas caracolas y otros ofrecen pescado o incienso. La escena está cubierta por una red a modo de palio.
Los trabajos de limpieza del conjunto, integrado por cuatro grandes lienzos que representan una gran alegoría de los gozos y los dolores del mar, han consistido en la eliminación del polvo superficial localizado en las telas a través de hisopos de algodón humedecidos en agua bidestilada. Así mismo, se han eliminado salpicaduras, tanto del panel central izquierdo como del derecho, y devuelto su aspecto original al soporte central, en cuya parte superior se observaba el hundimiento de la superficie.
Las pinturas, realizadas por Jesús Arencibia en 1954, son de tela gruesa tensada en bastidores de madera que se adecuaron a los paramentos. Debido a las grandes dimensiones de la obra, el artista se vio obligado a unir dos grandes fragmentos de tela por medio de una costura. La base de color blanco la fabricó Arencibia siguiendo las recetas tradicionales aunque de manera irregular, con la finalidad de que luego aportara diferentes calidades en la capa pictórica.
Según los técnicos, las obras de Jesús Arencibia responden en general muy bien al paso del tiempo, gracias a la destreza técnica que demostró el artista, gran conocedor de los materiales y las técnicas pictóricas.
El gran conjunto ubicado en el Salón de Plenos del edificio del Cabildo insular de Gran Canaria está integrado por un panel central compuesto por dos cuadros (y separados actualmente por un retrato del Rey Juan Carlos I). El izquierdo presenta a un grupo de pescadores sosteniendo una enorme nasa y el derecho, a un conjunto de figuras humanas que representan la alegría de una copiosa pesca junto a un barco con las velas desplegadas. Una mujer lleva en la cabeza un gran cesto de pescado y, en la mano, una balanza, mientras otra pregona su mercancía.
El panel localizado a la izquierda de los centrales hace referencia a los sufrimientos de los marineros en un naufragio. Un enorme camello transporta la barca destrozada por la tormenta, de la cual desciende el cuerpo lívido de un ahogado. Un grupo de compañeros sostiene los remos en alto, aludiendo claramente a una obra velazqueña.
En el último lienzo, situado a la derecha del panel central, el pintor escenifica la religiosidad y el fervor popular. Así, un grupo de personas contemplan una procesión de una imagen sobre una concha. Tres personajes portan candiles, mientras que dos soplan unas caracolas y otros ofrecen pescado o incienso. La escena está cubierta por una red a modo de palio.
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