Pensando la ciudad se encumbra ir para su gloria en los actos fundacionales y en peso, todo para el cielo.
Por Antonio Domínguez |
Les
felicito porque no nombraron al excelentísimo Ayuntamiento de San
Lorenzo, como perteneciente a Las Palmas (han demostrado exquisita
prudencia y cuidado). Siempre hay un pero. Hay un par de cosas
simpáticas. Se acuerdan del asalto de Van Der Does en 1500 y del
robo en las casas consistoriales en 1842 y no se acuerdan de lo que
comparativamente fue la semana pasada ¡¡¡es que nos robaron ellos
nuestras casas consistoriales en peso; los que se quejan de que le
faltaron cuatro deyecciones en sus cubiles y hasta se acuerdan
cientos de años después!!! Dicen que nos quieren refrescar la
memoria ¡¡se lo agradezco cristiano!! A San Lorenzo no le queda ya
ni un papel.
Dice dar respuestas –acertadas o no- a los retos de cualquier etapa
histórica, incluida la actual; esto es dar respuesta ninguna y cosa
de huevos bravos. Yo llevo toda mi vida –gran parte en tiempos de
Paco Franco- “llorando por las esquinas la pérdida de mi
municipio” y nadie replica. Claro, para no airear el delito y los
fiscales de oficio, las leyes y los periódicos sigan rascándose el
apepinamiento; que semejante asunto hasta apepinados les pone: el
cerebro.
Nunca
Las Palmas tuvo decadencia, después de la incautación. Era San
Lorenzo el ayuntamiento que mas comida producía en toda la isla.
Me
parece muy bien que el reto que tiene hoy ante sí el ayuntamiento
de las Palmas de Gran Canaria pase por una redefinición ADAPTACIÓN
a sus señas de identidad; que no tienen nada que ver con las de San
Lorenzo; y ahora en los tiempos actuales, tener la hombría y
honradez de devolvérnoslo (ya que justicia no hay).
Dice
que sus raíces en el mestizaje y en el cosmopolitismo con el que
nació: una ciudad de conquistadores, y eso, es tal verdad: ¡que se
lo pregunten a los sanlorencinos! Dice que la ciudad es un monstruo
vivo: que se lo pregunten también a la gente de San Lorenzo como se
los merendó.
Dice
que Las Palmas de G.C. necesita hoy, no sufrir oposiciones ni
resistencias que le impidan progresar en las próximas décadas. Pero
¿Esto qué es? ¿Es que se van a agenciar Telde por el sur y a
absorber Arucas por el norte? Y ¿estañarse a Teror por el centro?
En el no querer sufrir resistencias que les impidan progresar
¿esperan otra guerra y después del conejo ido aprovechar para robar
Telde Teror y Arucas: presuntamente. Este es el machete cubano al que
yo siempre temí -que no es capaz de respetar ni a la virgen del
cobre-: a las revolturas, que, a la voz de por Dios, España y su
revolución social y sindicalista, es imposible saber a dónde van a
parar esas grandezas de salvación de país y cuarenta millones en
número masa. Si supieran el riesgo que se está corriendo. Lo digo
desde la ignorancia; ignoro la garantía que pueda dar Europa de no
alzamientos para movimientos y total leche… adiós a los
ayuntamientos que a la sazón sean robados, por otros, vecinos (si
Europa no acude). Como colofón a este apartado, me hago una
pregunta: ¿Quién será el ilustrado que escribe estas cosas en TBO?
Yo también estoy de acuerdo en que el pueblo es tonto, aunque usted
no lo dice, ¡¡hay que ver como omite la verdad a reventarlo!! No se
puede hacer el ridículo escribiendo a tumba abierta para hacer morir
de vergüenza ajena a los cuatro que pueden medir el tamaño de los
disparates que usted dice… hombre. Menos echársela y mas
compromiso deontológico, del que su comicidad presume. Acuérdese
que ya no escribe para el Paquismo. Está obligado a decir y hablar
de San Lorenzo en esta libertad de expresión y no andar huyendo de
ella profilácticamente creyendo que de un momento a otro se va al
carajo. Si es así y no puede dejar de presagiar tormentas, váyase a
su casa y escóndase en la habitación del patio. ¡No sea
ventajista, presuntamente! O dedíquese a escribir de personas que de
pobres llegaron a millonarias y viceversa, o que fueron a la cárcel
y hoy están recuperadas. Ahí no tendrá problema. No pretenda
hablar de asuntos con verdadera sustancia y encima de aquella manera,
su manera, y sin que nadie le tosa, atrevido.
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