“HACER LO QUE PODAMOS”
Por Luis C. García Correa |
Hacer lo que podamos debe coincidir con hacer lo que debemos.
Hemos nacido para la honesta participación, porque es la solución a todo lo necesario en la vida personal, social y mundial.
Hemos nacido para la actividad: para hacer y descansar. No hemos nacido para no hacer nada.
El descanso es necesario para reponerse de la labor realizada.
No hacer nada es un pecado de lesa humanidad.
Todos, sin excluir a ninguna persona, necesitamos de la ayuda de los demás. Nadie, de verdad ¡nadie!, vive solo sin el concurso y la ayuda de alguien. Y ese alguien somos nosotros.
Todos, sin excepción, tenemos la obligación de actuar, en especial para ayudar.
“¡Ayudar con honestidad es el camino de la santidad!”
Las formas y maneras que existen de ser feliz ayudando son innumerables.
Lo que es humanamente imperdonable es no hacer nada y encima no ayudar.
Esperar a la muerte sentado y sin hacer nada, no se lo deseo a nadie.
Sin hacer nada la muerte lo va a encontrar con las manos vacías, sin nada que entregar a cambio por haber tenido la vida.
La vida es un regalo que necesita de otros regalos. Regalos que son los hechos de la vida, en especial todo lo que procede de ayudar y repartir felicidad, y si es aumentando la libertad es convertirse prócer de la humanidad.
Ayudar, a fondo perdido, sin esperar nada a cambio, con el alma llena de valores, son los valores que se nos piden para conseguir una muerte feliz, para tener una existencia feliz y libre de cargas.
“Hacer lo que podamos y debamos es la gran obligación de la que nadie está disculpado. Todos estamos obligados a ello”.
Benditos y alabados sean lo honestos y participativos que han dedicado parte de su vida en ayudar, y recibirán el pago incrementado.
Si hacemos lo que podamos – no hay exigencia mayor, pero sí de hacerla – tenemos el pasaporte para una muerte feliz y la compensación eterna.
“Hacer lo que podamos es hacer lo que debamos!
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