Tamaraceite, tierra de contrastes
Tamaraceite es, todavía pese a quien le pese, un lugar de contrastes dentro de nuestra ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Es el único distrito donde todavía la agricultura y la ganadería alterna con lo urbano y lo comercial. A pòcos metros del centro comercial más grande de Gran Canaria podemos ver zonas de cultivos que aún se resisten a desaparecer. Y no deberían desaparecer porque, aunque a muchos no les interese, el mal llamado "progreso" puede convivir perfectamente con nuestro sector primario. Un sector primario que pertenece a nuestra memoria histórica y me gustaría que no lo olvidemos ya que desde comienzos del S. XX, la introducción del plátano y del tomate contribuyó a que el paisaje que conforma Tamaraceite se terminara de transformar. Desde finales de los años 40 hasta la actualidad, se produce en Tamaraceite una profunda transformación del paisaje urbano con respecto a otras zonas del municipio de Las Palmas de Gran Canaria, ya que hasta este momento el poblamiento se caracterizaba por un lento crecimiento. En más de 250 años sólo aumentó en 700 habitantes. La razón de este crecimiento es el masivo éxodo rural que se produce en esta época. Tamaraceite se constituye en una zona de asentamiento barato, sin planificación, cerca de la ciudad y a la vez cerca de sus núcleos rurales de procedencia que son Artenara, Teror, Valleseco, etc. El Nomenclator de 1950 cifra en 2.712 habitantes de derecho y 2.673 habitantes de hecho. Muchos de estos asentamientos o barrios surgen en zonas donde las actividades agrarias comienzan a caer en desuso, ya que van abandonando los bancales y los embalses.
Los habitantes de estos nuevos barrios se van a emplear en el sector terciario y en la construcción, trabajando muchos de ellos en el sur de la isla. A mediados de los años 60 y principios de los 70, Tamaraceite queda convertido en un barrio dormitorio. Al no tener más suelo en el casco, se van situando las nuevas construcciones en la periferia, surgiendo barrios satélites como Lomo de los Frailes, Las Suertes, Piletas y La Galera. El censo de 1981, efectuado por el I.N.E. en la provincia de Las Palmas, refleja una cifra de 5.708 habitantes. En el padrón de 1986 la cifra era de 7.560 habitantes. En la encuesta de población del I.C.E. realizada en 1996, Tamaraceite casi había doblado su población, arrojando unas cifras de 13.573 habitantes.
En los últimos años del S XX se produjo en Tamaraceite y en general en toda España, un boom económico, con una bajada importante de los tipos de interés, lo que originó una gran demanda de viviendas. Tamaraceite y todo el Distrito Tamaraceite San Lorenzo Tenoya se ha visto muy afectado por este fenómeno, estimándose la población en 34.319 habitantes en el año 2000, y en el último censo los datos son escalofriantes ya que son más de 50.000 los habitantes de este distrito.
Tamaraceite desde 1950 hasta los años 80, es un claro ejemplo de subdesarrollo urbanístico, con una alta especulación parcelaria, donde no existen zonas verdes, no se reservan áreas para equipamiento y se parcela en función de la demanda del suelo. En los últimos años se está construyendo de manera desmesurada pero con cierta planificación aunque tampoco está siendo equivalente el crecimiento con la creación de infraestructura deportiva, sanitaria y social adecuada.
El cemento y el asfalto se va comiendo poco a poco el verde de los cultivos, desplazando a nuestro sector primario a las zonas de barranco o a laderas que no son piezas codiciadas de la especulación urbanística. A nadie se le ocurrió que el crecimiento urbanístico podría ir aparejado de un impulso del sector primario, en unos años en los que los agricultores dejaban sus empleos de toda la vida para lanzarse a otros del sector servicios, y a veces con más precariedad.
Todavía estamos a tiempo de conseguir que, lo poco que queda del sector primario en Tamaraceite y en otros lugares de la isla, pueda sobrevivir, porque el crecimiento urbanístico puede llegar a ser un crecimiento sostenible.
Por: Esteban G. Santana Cabrera
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