“¡PRÓXIMO ENCLAUSTRAMIENTO!”

 

Por Luis C. García Correa  

De haber un próximo enclaustramiento o confinamiento la ruina será de dimisiones inimaginables.

Las empresas son las que crean riqueza, dan puestos de trabajo y salarios y pagan impuestos para sostener el estado de bienestar, la fiscalidad del estado y de todas sus administraciones. ¿De dónde si no sale el dinero de los presupuestos públicos?

La ruina de las empresas es la ruina de la nación.

No solo el turismo va a estar sumamente afectado, no creo que se salve ninguna empresa, salvo excepciones.

Y si hay alguna que resiste, va a quedar muy afectada.

Ya hay medios para arruinar a todo un país. Esto es lo que hemos descubierto. Ya es posible hacerlo sin mediar una guerra.

¿Quién pretende arruinar? Los de siempre: los poderes perversos.

Reitero que los poderes perversos son los que tienen como meta ganar dinero y poder.

Con la ruina globalizada, los ricos se harán más ricos.

Los ricos comprarán, por tres cuartos, lo que valía dinero, daba puestos de trabajo y pagaba impuestos.

El hambre nos está acechando como león rugiente.

La pobreza se extenderá de haber un nuevo enclaustramiento, y será como una mancha de aceite, manchando todo lo que toca.

Ahora es el momento de atajar la desgracia que se nos cierne sobre toda la nación.

En los casos de emergencia social y económica, los más pobres son los más perjudicados.

Ahora no nos podemos olvidar que el perjuicio será total.

El mal está dominando, porque sus representantes están en puestos de gobierno y con autoridad.

Nunca creí que podría ver actuar a un endemoniado. Lo que hace un endemoniado, lo hace con premeditación y alevosía. Si además es inteligente y preparado, los efectos pueden ser aterradores.

Ya hay países dominados por el mal. ¡Que se lo pregunten a los venezolanos que viven en Venezuela!

Para destruir a Venezuela tiene que haber una intervención del mal. Venezuela es el país más rico, por kilómetro cuadrado, del Planeta Azul de la Tierra.

No creo que exista poder humano para poder hacer un daño tan atroz y efectivo, y que dañe a tantas personas, si no es producido por el mal personalizado.

Pues el resto del mundo va ahora por el mismo camino de Venezuela y de los venezolanos que viven allí.

Todo esto lo digo para poner un ejemplo de lo que nos espera si hay un nuevo enclaustramiento.

No permitamos que el mal se enseñoree de nuestro país.

De nosotros depende lo que nos suceda.

Nadie puede hacer ojos ciegos, porque si no mira se va a quedar ciego para toda su vida.

La vida -que es una maravilla-  se puede convertir entonces en un infierno.

Depende de usted, de mí, y de todas y todos los demás que aún vivimos.

El próximo enclaustramiento será el comienzo del dominio del mal en la realidad. Y afectará a la gran mayoría de la humanidad, a la práctica totalidad del planeta.

"¡Dios nos coja confesados, si no actuamos ya!"

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