Desde tierras no mías
Por Antonio Domínguez |
Hay
que recapacitar tanto lo que se dice, que ni se sabe donde se está
parado respecto de el sentimiento/s que uno intuye va a lastimar; en
este empujar atropellador de la consciencia al atrevimiento, ya no
sabe uno si está en tierra de nadie o es tierra de alguien; por lo
tanto considero un atrevimiento cuanto publico porque sé que cada
hombre es un hombre que está en el mundo; y todo hombre a pesar de
tener un sistema de pensamiento idéntico, cada uno lo orienta a
parir por la lengua su porcentualidad de locuras y corduras distintas
y hasta completamente distintas. ¡Claro! No se puede escribir dando
un trato individualizado y pormenorizado a cada uno. Aquí cabe
decir: “No soy monedita de oro…”
Quedándome
en más de la mitad de camino –en materia- de en la que me gustaría
entrar en su totalidad para decir hasta el hartazgo, digo “solo”
que el ser humano es tan desaprovechable y prescindible, que, causa
maravilla y se queda cualquiera con la boca abierta, cuando se les ve
en parque público aleccionando en preceptos restañando el libro a
persona que tiene prisa, o en iglesia, absorbiendo del libro
cómodamente sentados; después están los niños que tienen que
aprenderse su libro de memoria de cabo a rabo. Sin ser todos los
sismas americanos extraídos de la biblia, hay más de veinticinco
religiones a razón del nacimiento de Cristo. El cristianismo no es
que esté preñado de reformadores; yo juro creer por el santo mas
vendito, que en cada cristiano, vive un reformador potencial, ya que
se me hacen acordar todos al cuento de la manta; que se la vendió a
sus dos compañeros; claro él en el centro exclamó por no decir
espurreó: “Ni estiro ni aflojo/ ni la manta es mía/ mi parte de
manta la tengo vendida/. También decir que una cuenta hecha el
borracho y otra el bodeguero, y de ambos extremos hay gente en toda
asociación, religión o deporte. Sin duda lo peor de esto es el
ninguneo a Dios marcándole pautas, creyendo que se le puede utilizar
porque se le hable desde el postra miento: postrado y mintiendo.
¡¡Pobres gentes!!
Si
las religiones que tienen templos para sus rezos, no los tuvieran en
cada barrio y barranquillo, con además sus patronos; vírgenes y
santos a quienes pedir favores, los pobres inocentes, que, ni se les
ocurre pedir –calientes- explicaciones al destino divino, de porqué
se la dio tan grande que no le sirve ni para equina; se dedicarán a
quitarse del mundo ofreciendo promesas a la virgen prácticamente
imposibles de cumplir; hasta hacer de su mas allá algo sin Dios; sí
con un hombre igual que él, solo que santo, el cual tiene en la
mesilla para acordarse y rezarle a todas las horas del día y de la
noche cada vez que se despierta. El hombre con las cosas de la tierra
medio se defiende, pero hay que ver como se pierde, malgasta,
desperdicia, dilapida, inutiliza su tiempo y se desenrolla con lo no
natural metafísico. Cuanto sufrimiento de las criaturas por no
admitir que simple -y no llanamente sino- cuesta arriba somos humanos
“demasiado humanos”. Y eso que te dicen, que eres en imagen
pintado, igualito a Dios, desengáñate eso no es así; a pesar de
que es una blasfemia tremenda en toda regla ¡¡¡No seas totorota!!!
Seleccionan
un Dios a su medida para adorarlo, y así como se corren de placer
“demostrándole” aflicción y culpa, jamás se les ocurre pedirle
responsabilidades a Dios por haberle hecho chico, feo, pobre,
pecador, tolete (…) lo cual Dios agradecería si así se hiciera
por el honesto comportamiento que demostraría el sujeto a ser
salvado, pero se conoce que al señor todo le da igual puesto que no
se decide a sacar la hipocresía –está en su Mano- de todo
comportamiento religioso; se hunden en el sea lo que Dios quiera; que
casi siempre quiere cosas y enfermedades que se desala cualquiera
ante su sola contemplación.
Los
sigmas que han llegado más tarde y no les ha dado tiempo para
construir templos y catedrales y que están metidos en habitáculos y
locales comerciales, encima, se matan solos yendo a guerras contra
las imágenes y la idolatría, esos, no le dicen nada a gente con
mente conquistable o ya conquistada; porque les es mas inteligible el
santo que fue pastor y vivió solo en la cueva; por eso el gran
Nietzsche para ridiculizar toda religión (bien que lo consiguió)
eligió al cuevero Zaratustra, una cueva, el águila y la serpiente;
cosas de este mundo; que la gente entiende más que al sacerdotal,
teológico y metafísico Dios. Si no se les engaña a base de
becerros de oro, todo lo demás les queda muy arriba. Todo está
inventado en materia religiosa para la atracción de adeptos. Ni se
molesten los de las iglesias en locales comerciales que carecen de
una talla a quien los inocentes encomendarse a pedir todo lo que la
divinidad benigna y pretenciosa les ha negado.
Casi
no hay un solo libro de la biblia de todos los que contiene, que no
tenga una descripción de la/o una guerra; cuando no está
completamente enfrascada en enaltecer la guerra misma; la cual
justifica y reivindica de todas las sinvergonzonerías asesinas y
criminales que cometían los “reyes” por los que, o, a favor de
los cuales, se escribió parcial, partidista y pesebrera. Muy
parecido a lo que es hoy el periodista y el periodismo: que mintieron
con Paco Franco a joderse el mundo, ahora mienten exactamente igual,
solo que democráticamente. Piden el retiro de la ley mordaza: ¿para
que quiere libertad de expresión quien está empesebrado, pagado por
su capital propio además del otro que invierte para que le maquillen
lo suyo retocando verdades a medias? (no hay una rotativa en el mundo
que sus dueños sean barberos, albañiles o betuneros) ¡¡Infelices,
del señor!!
Los
escritos para la posteridad no resisten todo, todos los análisis que
a cuento vengan, y la biblia no se salva humanamente sino de los
hechos demostrables, y no de los interpretables. Téngase, por
ejemplo, en cuenta para la catadura moral de los historiadores (que
encima van de sabios) que dicen que SAN LORENZO DE TAMARACEITE no fue
robado, sino que “fue muy generoso anexionándose a Las Palmas”;
esto lo dijo Gerónimo el socialista esnob (moderno: nunca
petimetre); el socialista de ramo de flores sobre mantel para comer
carnes maduradas y vino de lujo, supuestamente; el socialista de
viajes lejísimos a escuchar conciertos y desconciertos
presuntamente, los que el melómano se traga con el mismo apetito.
Los músicos conocen la música. Los melómanos creen que conocen de
música. Toda creencia es en absoluto torpeza que no estudia y ayuda
a engrosar la gran torpeza universal. Paro ya agradecido con usted,
por haberse mandado esta forma de no pensar al uso. Su despiste se
arregla con setenta gramos de bicarbonato sódico revuelto en un vaso
de agua, y es muy recomendable mirar para otra vez, muy bien, lo que
se ingiere. Consciente de que he puesto sordina, aun así, le pido
disculpas por la bulla. Columna superada. ¡Pá laño que viene las
canto mejor!
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